Norbert Lacher, autor del libro La nueva ruta de la seda-Geopolítica y poder: Falla geopolítica/geoestratégica del siglo XXI dice que la Ruta de la Seda fue durante siglos la línea central de comunicación de las primeras civilizaciones avanzadas, y hoy ha vuelto abriendo la región donde se almacenan los últimos recursos fósiles y minerales no desarrollados del mundo: la región de Asia Central, y conecta las mayores áreas económicas: Europa y Asia.
Pero, quizá lo más importante, es también donde se reúnen los actores centrales de nuestro tiempo: “En el oeste la Unión Europea, en el este la República Popular China. En el norte, la Federación Rusa (la antigua superpotencia de la Guerra Fría), en el sur el futuro país más poblado de la tierra: la India. Estados Unidos de América, que no está directamente situado geográficamente, está presentes tanto militar como políticamente”.
Lacher añade que, como resultado, esta región tiene la mayor relevancia geopolítica y los conflictos de intereses de los llamados «actores globales» son inevitables. “Sobre la base de una evaluación empírica y analítica de los datos relevantes, este espacio se evalúa, por lo tanto, como la línea divisoria geopolítica y geoestratégica a lo largo de la cual se desarrolla la constelación de poder del siglo XXI”.
Y esto se debe a que los mecanismos y estructuras de la coexistencia global están en proceso de rediseñarse a sí mismos. “Tras el fin de la Guerra Fría y la bipolaridad resultante, el declive de la Unión Soviética y la corta fase de unipolaridad al estilo estadounidense, el campo de juego de las relaciones internacionales se parece al de finales del siglo XIX y principios del XX. Además de los Estados Unidos de América, los nuevos y viejos actores han regresado con la Unión Europea, la República Popular China, la India y la Federación Rusa para participar en el jugo por el poder y la influencia”.
El autor destaca que la evidente falta de orientación a raíz de la existencia de normas y la ausencia de un árbitro, que sea reconocido por todos por igual, hacen esperar un desarrollo complicado en un contexto en el que China altera el statu quo y las relaciones internacionales están en estado de agitación.
La Ruta de la Seda, desde su comienzo hasta su fin, tuvo tal importancia en el desarrollo de la civilización mundial que es difícil imaginarse el mundo moderno sin ella. Las implicaciones que tendría una nueva Ruta de la Seda contemplan una recomposición que, avista de muchos, ya ha comenzado con el conflicto Rusia-Ucrania. En La nueva ruta de la seda-Geopolítica y poder: Falla geopolítica/geoestratégica del siglo XXI Norbert Lacher nos ofrece mucha información para entender la reaparición de la nueva Ruta de la Seda.