En Principios para enfrentarse al nuevo orden mundial Ray Dalio descubre los ciclos que explican el auge y la caída de los grandes imperios, como el holandés, el inglés y el estadounidense. Dice que en nuestros días, aparentemente, asistimos al declive de Estados Unidos y al progresivo ascenso de China como potencia dominante. y si hacemos caso a estas “señales”, interpretadas bajo un análisis comparativo con periodos históricos anteriores, estamos a las puertas del alumbramiento de un nuevo orden mundial.
En este libro encontraremos una panorámica global de las fuerzas que han impulsado históricamente el éxito de los países y su posterior decadencia. La historia se repite, sostiene Dalio, en un “Gran Ciclo arquetípico”: todos los nuevos imperios han vivido una fase de liderazgo, crecimiento pacífico y prosperidad; una pérdida de competitividad y productividad, con una crisis fruto de la sobreexpansión; y un periodo de declive en la forma de pérdida de poder financiero, conflictos internos y guerras o revoluciones. Todas estas “señales”, que podemos identificar también hoy, preludian la consagración de la nueva potencia mundial reiniciándose de nuevo el “Gran Ciclo”.
Como modelo arquetípico, el Gran Ciclo describe y proyecta el auge y declive de los imperios e influye totalmente en la situación de esas potencias, por ejemplo, en sus monedas y mercados. Los tres ciclos más importantes son: el ciclo que siguen los mercados de capitales y la deuda a largo plazo, el ciclo de orden (y desorden) interno y el ciclo de orden (y desorden) externo.
Basándose en este descubrimiento de los patrones del cambio económico y social, Dalio aspira también a brindar algunas valiosas pistas para líderes políticos y empresariales, así como para el ciudadano de a pie.
“He aprendido que el factor determinante a lo largo del tiempo y en todos los países ha sido, por encima de cualquier otra cuestión, la lucha por la creación y la distribución del poder y de la riqueza. En menor medida, también considero que han sido muy determinantes otros aspectos como las ideologías o la religión”, señala Dalio.