¿Qué es el progreso? La respuesta a esta pregunta la comienzan los autores diciendo que cada día oímos de boca de ejecutivos, periodistas, políticos, e incluso de algunos de nuestros colegas que nos dirigimos inexorablemente hacia un mundo mejor, y todo gracias a la llegada de unos avances tecnológicos sin precedentes: aquí tienes tu nuevo móvil, ahí va el último coche eléctrico, bienvenidos a la nueva generación de las redes sociales… y pronto quizás los avances científicos podrían acabar con el cáncer el calentamiento global e incluso con la pobreza.
Agregan que no cabe ninguna duda de que el mundo tiene aún muchos problemas como la desigualdad, la contaminación y el extremismo político, pero todos estos males no serían más que los dolores de un parto que alumbrará un mundo mejor.
En cualquier caso nos dicen que los esfuerzos de la tecnología son irrefrenables; aunque quisiéramos no podríamos detenerlas e intentarlo no sería una buena idea, por lo que es mejor que cambiemos nosotros, por ejemplo invirtiendo en las habilidades que más se valorarán en el futuro, y si siguen apareciendo nuevos problemas, los emprendedores y los científicos de mayor talento invinventarán soluciones oportunas, robots más capaces con una inteligencia artificial comparable al humana y, de hecho, cualquier otra innovación que resulte necesaria.
Acemoglu y Johnson señalan que la gente es muy consciente de que todas las promesas de Bill Gates, Elon Musk, o incluso Steve Jobs, no van a hacerse realidad, pero en conjunto sí nos han contagiado su tecnoptimismo.
Con esto, incluido en el prólogo del libro Acemoglu y Johnson emprenden un impresionante recorrido por la historia y el futuro de la tecnología, desde la revolución agrícola del Neolítico hsta el ascenso de la inteligencia artificial. Concluyen que el ser humano siempre puede permanecer en el asiento del conductor del desarrollo tecnológico y decidir si sirve a los intereses de una élite o al bien común.
Poder y progreso ofrece una nueva interpretación de la economía política y de la innovación y desafía el derrotismo de quienes asumen que el desarrollo técnico trae inevitablemente una concentración del poder y la riqueza. Acemoglu y Johnson demuestran que estos avances pueden convertirse en una herramienta de empoderamiento y democratización.
Este libro es un recordatorio esencial de que podemos y debemos recuperar el control de la tecnología y redirigir la innovación para que vuelva a beneficiar a la mayoría.