En este libro los autores entienden por izquierda aquellas posiciones políticas e ideológicas —de personas, sindicatos, universidades, publicaciones, gobiernos extranjeros— que se han empeñado a los largo del último siglo y medio en México por cambiar el estado de cosas vigente hacia otro, menos desigual, más próspero, más nacionalista, más solidario, más democrático, sin necesariamente tomar en cuenta las consecuencias imprevistas o no deseadas de sus acciones, ni la incompatibilidad de unas metas con otras.
En ese sentido, Castañeda y Ortega dicen en la introducción de su libro que, en última instancia, toda acepción de la palabra izquierda es autodefinitoria de alteridades: es de izquierda quien así se define, y quien es así definido por otros. De ahí que consideren que conviene insistir en el carácter multifacético del término izquierda: no se limita a la izquierda partidista electoral, sino que abarca muchas más expresiones: social, intelectual, cultural, ambientalista, religiosa, etcétera.
“Hemos privilegiado las relaciones de las distintas izquierdas consigo mismas, con distintos sectores sociales y movimientos, con el resto del mundo, en lugar de sentarnos en sus aspectos programáticos. Por dos razones: primero, el examen de las diferentes propuestas de izquierda desde 1920, en todo caso, se ha llevado a cabo por múltiples autores o protagonistas. Segundo, porque con la excepción parcial del gobierno cardenista, hasta 2018 la izquierda no había gobernado en México. Por lo tanto, escudriñar y desmenuzar sus infinitos y en ocasiones bizantinos debates sobre ‘¿Qué hacer?’ (Lenin) puede dar lugar a un ejercicio hasta cierto punto ocioso. No suprimimos la discusión pragmática, pero no le hemos asignado la prioridad que ha podido revestir en otros empeños semejantes”.
Con eso en mente los autores abordan una pre-historia —que se ubica antes de la Revolución mexicana de 1910 cuando la izquierda equivalía a una corriente de pensamiento, una actitud, algunas publicaciones y un puñado de asociaciones sindicales— y el verdadero momento fundacional: la Revolución que surge y se perpetua gracias a la Revolución Mexicana con Zapata y Villa a la cabeza y después con la creación a finales de 1919 del Partico Comunista Mexicano.
Lo que se narra en este libro es lo que sucede desde 1919 hasta 1988 donde claramente había estas dos corrientes de la izquierda en México. En esta retrospectiva sobresale el concepto de utopía, acerca de lo que debería reflejar la izquierda con lo que en realidad ha desarrollado o forjado.
La utopía de la izquierda de la Revolución Mexicana era que se volvieran realidad las aspiraciones de la propia Revolución, que se aplicaran en los hechos los artículos 3, 27 y 123 de la Constitución de 1917, que hubiera una verdadera reforma agraria, una verdadera soberanía y una verdadera fuerza obrera con libertad para los obreros, dice Castañeda y añade que “su gran crítica o deslinde con los gobiernos del PRI fue siempre que habían traicionado, que se habían alejado o que no habían cumplido con las promesas de la Revolución. Mientras que la izquierda independiente, decía: nosotros no somos adeptos de la Revolución Mexicana, no queremos que se cumplan sus preceptos, queremos otra revolución”.
Para los autores, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador comulga con la izquierda de la Revolución Mexicana. “Lo que nosotros sostenemos es que a partir de la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas en 1988, la formación del PRD justo después y la incorporación a ese partido de todas las fuerzas de izquierdas que se sumaron a esta candidatura, confluyen no en una situación de iguales, sino donde la izquierda de la Revolución Mexicana, personificada por Cuauhtémoc, hijo del general Lázaro Cárdenas, se traga, engulle y fagocita a la izquierda independiente y en ese gran frente que se vuelve el PRD, se vuelve dominante la izquierda de la Revolución Mexicana”.
Castañeda espera que este libro sea un documento importante para el contexto actual donde las nuevas generaciones saldrán a votar.