Tim Elmore considera —y es totalmente cierto— que vivimos tiempos interesantes, mejor expresado como “caóticos”, y que si miramos en retrospectiva veremos que cada época ha sido interesante a su manera. “Llámese la gran peste de Londres de 1665, la Revolución Industrial o la pandemia del covid-19, la historia te dice que la única constante es el cambio y que este mundo siempre va a necesitar de líderes que lo guíen”. Y ahí está el detalle: ¿Cómo debemos ejercer el liderazgo o que características le debemos imprimir?
Hay muchos estilos para dirigir, pero pocas personas conocen y entienden cuáles son las características que se necesitan para hacerlo mejor que los demás, por eso Tim Elmore comparte en este libro las ocho paradojas que han utilizado grandes líderes como Martin L. King, Truett Cathy, Steve Jobs, Walt Disney o Angela Ahrendts. Según Elmore, con las lecciones de estos líderes se podrán enfrentar los problemas más complejos de este siglo. Como muestra de sus paradojas, la uno está vinculada a Bob Iger.
Cuando Bob Iger se convirtió en presidente y director ejecutivo de Walt Disney Company, volvió al enfoque que le había funcionado. No pretendía ser Michael Eisner (lo que funcionó a su favor) ni tampoco Walt Disney. Con humildad, demostró que era él mismo:
•Escuchó más de lo que habló.
•Aprendió más de lo que enseñó.
•Buscó agregar valor más que ganar valor.
De acuerdo con Elmore, esta anécdota ilustra de manera efectiva una lección útil: los líderes que son emocionalmente inseguros sabotearán su capacidad para crecer más o para profundizar en las relaciones. De forma natural pondrán barreras con personas competitivas y verán a los socios potenciales con sospecha y no con expectativas.
“Los líderes perciben que las contrapartes fuertes representan una de tres posibilidades: uno, amenaza. La persona es una amenaza para su poder, posición y prestigio; dos, espina. La persona es vista como una molestia que debe ser eliminada; y tres, prosperidad. La persona es percibida como un activo que puede permitirles mejorar y prosperar”. De la selección radica el desempeño.
Desde la perspectiva del autor de Las 8 paradojas, en el complejo mundo de hoy, la gente busca a cualquier persona que tenga un claro sentido de confianza; los equipos rara vez avanzan si no observan este rasgo en su líder. Al mismo tiempo, la gente exige que la confianza del líder no lo ciegue a su propia humanidad.
“Bob Iger descubrió que esto era cierto en sus interacciones con George Lucas (cuando compró Lucasfilm), con Ike Perlmutter (cuando compró Marvel) y con Steve Jobs (cuando compró Pixar). Bob era un aprendiz, pero trajo a la mesa la suficiente confianza, incluso audacia, para hacer tales propuestas a estos directores ejecutivos. Solo la confianza, incluso la confianza en sí mismo, puede catapultar a un líder promedio a uno extraordinario”, expone Elmore.
También argumenta que la cultura del Siglo XXI es cada vez más incierta y nuestra economía global es cada vez más complicada e impredecible, por lo que, “pienso que una de las tareas de los líderes es inculcar confianza en sus equipos; esto no implica que tengan todas las respuestas por adelantado, ni tampoco que estén seguros de que todo saldrá según lo planeado. Significa que, a medida que nuestro mundo experimenta incertidumbre, el anhelo humano de confianza crece de manera proporcional. Los líderes excepcionales comprenden esta necesidad y la aprovechan para aumentar su influencia”.
El libro como lo indica su título comprende 8 paradojas, la uno aborda la confianza y la humildad; la dos a los líderes excepcionales que aprovechan su visión y sus puntos ciegos; la tres, a los líderes excepcionales que adoptan la visibilidad y la invisibilidad; la cuatro, a los que son obstinados y de mente abierta; la cinco, a los que son profundamente personales y colectivos; en tanto que la seis a los que son maestros y estudiantes; la siete a los que representan altos estándares y perdón comprensivo; y finalmente la ocho a los líderes excepcionales son oportunos y atemporales.