Este libro busca presentar el marco más sencillo para comprender algunas de las determinantes fundamentales del ritmo del progreso, suficientemente desagregadas como para que las políticas sectoriales marquen una diferencia, y suficientemente agregadas como para mantener nuestro foco de atención en las determinantes del ritmo del progreso general de la economía.
Los autores señalan que las economías más exitosas son aquellas que lograron no solo desplazar hacia fuera su curva de posibilidades de producción de forma más rápida, sino que, también, se han asegurado de que la brecha entre las prácticas «promedio» y las «mejores» prácticas sea pequeña. “Hay más difusión del conocimiento, más aprendizaje, y son estos logros en el aprendizaje los que, a la larga, justifican los niveles de vida más elevados en estas economías exitosas”, dicen.
En ese contexto, este libro es un intento por estudiar la economía de las «sociedades del aprendizaje», señalan los autores. Se enfoca, especialmente, en el papel del gobierno en la promoción del crecimiento a través de la creación o el fortalecimiento de una sociedad del aprendizaje.
También esboza modelos sencillos en los que los efectos indirectos del aprendizaje están bien identificados. “Los modelos generan prescripciones de políticas que difieren notablemente de las recomendaciones de políticas estándar que se enfocan en mejorar la eficiencia asignativa. No se trata únicamente de una diferencia en cuanto al énfasis entre las prescripciones de políticas económicas clásicas —basadas en nociones de eficiencia asignativa estática y en la idea de que el crecimiento de la productividad surge, principalmente, de la acumulación de recursos (físicos, humanos, y capital científico)— y aquellas que nosotros enfatizamos para crear ambientes de aprendizaje dinámico. Más bien, nuestra preocupación reside en que algunas de estas prescripciones de políticas clásicas, aunque bienintencionadas, llevan, de hecho, a una reducción en el ritmo de progreso de las sociedades y a un deterioro del bienestar social a largo plazo”.
Por lo tanto, los autores señalan que el aprendizaje puede verse obstaculizado en un intento por mejorar la eficiencia estática de la economía. “Nuestro análisis apoya numerosas políticas que han sido excluidas por economistas aferrados al modelo neoclásico y sugiere nuevas medidas que ayudarán a crear una economía del aprendizaje más dinámica”.
En ese sentido, apuntan que su trabajo es similar al de Schumpeter (1943), quien criticó a los economistas convencionales por poner demasiado énfasis en la competencia. “No obstante, aunque Schumpeter estaba en lo cierto en cuanto a su crítica hacia la economía neoclásica, jamás formuló una teoría normativa analítica o positiva coherente”.
Gran parte de este libro se centra en la cuestión de cuál es la mejor forma de promover el aprendizaje, incluyendo cómo equilibrar de manera óptima las ganancias dinámicas obtenidas a partir de un aprendizaje más veloz con los costos (estáticos) de corto plazo asociados con las intervenciones y la mejor forma de diseñar esas intervenciones.
Este libro está dividido en dos partes. La primera lleva el título de La creación de una sociedad del aprendizaje: Un nuevo enfoque hacia el crecimiento, el desarrollo y el progreso social: conceptos básicos y análisis; y la segunda, Políticas para una sociedad del aprendizaje que en conjunto agrupan 14 capítulos.