¿Qué pasaría si todos los países hispanos nos uniéramos? Por sorprendente que parezca, la realidad es que seríamos la segunda extensión de terreno del mundo, con unos 12 millones de kilómetros cuadrados, sólo por detrás de Rusia. Asimismo, compondríamos la tercera mayor población del planeta, pues actualmente unos 500 millones de personas (una cifra equivalente al 6.2% de la población mundial) tienen el español como lengua materna; y eso sin contar a otros 100 millones de hispanohablantes con diferentes grados de competencia.
Además de la lengua, que en sí misma implica una forma de pensamiento común, los hispanos compartimos en mayor o menor medida unos valores y rasgos culturales e históricos comunes que suponen una cosmovisión diferenciada de la de otros grupos socioculturales, una verdadera civilización.
Por si fuera poco, en esta nueva hispanidad también estaríamos entre las primeras potencias económicas mundiales. ¿Por qué no lo intentamos? Sin duda potencial tenemos de sobra.
Lo anterior lo escribe el autor al iniciar su libro Geohispanidad: La potencia hispana en el nuevo orden geopolítico en el que a través de tres apartados, un epílogo y ocho apéndices aboga por reforzar los lazos identitarios que nos unen y deshacer las controversias que nos separan. También muestra las iniciativas existentes que trabajan en este sentido desde diferentes ámbitos como la cultura o la economía, al tiempo que apunta otras que se deberían implementar.
Para ello en la primera parte titulada Comprender el pasado para preparar el futuro se va a la historia y nos habla de América antes de la conquista para después abordar la Independencia de la América española y el Reino Unido y las independencias hispanoamericanas, entre otros temas que nos llevan a la seguna parteque llama Contexto actual en el que aborda el rechazo al pasado hispano común después de la Independencia y la geopolítica alrededor de la hispanidad e intereses de potencias extranjeras.
En la parte tres titulada El futuro es ahora plantea tres temas: Hacia el nuevo siglo de oro hispano, Iniciativas por la hispanidad, y Los movimientos reunificacionistas.
Pedro Baños plantea que en este marco de renacimiento de la hispanidad se ha aventurado a escribir este libro con el propósito de colaborar –en la medida de sus limitadas capacidades, dice– “al necesario hermanamiento pleno de todos los pueblos hispanos, de la hispanidad imprescindible en este momento tan particular como complejo de la historia, verdadero punto de inflexión geopolítico, en el que todo el espectro internacional está en plena transformación, por lo que se abre un futuro incierto que los hispanos debemos aprovechar”.
Baños dice que la recopilación de datos no ha sido tarea fácil en absoluto, por lo que ha intentado tomar las fuentes más respetadas (lo que no ha sido sencillo ante la multitud de autores y obras sobre esta temática) para plantear los más exacto posible los hechos históricos, sin disimular las faltas que en aquella época se pudieran cometer ni tampoco caer en elogios innecesarios hacia sus protagonistas.
El autor aclara que no ha pretendido escribir un libro de historia, aunque la trate necesariamente en abundancia; su objetivo es mostrar que la Hispanidad se enfrenta ahora al reto de buscar un lugar preeminente en el escenario geopolítico mundial, conquistar su propio espacio a través de alianzas trasatlánticas que permitan afrontar retos más ambiciosos.
“No podemos seguir a merced de las potencias dominantes, actuales y futuras. Los pueblos hispanos poseemos suficiente entidad en todos los ámbitos, como para constituirnos en la potencia mundial que merecemos ser”, apunta Baños.