Esta es la historia de un pequeño grupo de empresarios que se convirtieron en los principales actores de la economía internacional. El libro ha sido calificado por los lectores por momentos “como una novela de espías”, “un relato que bien podría ser el guión de una próxima serie de Netflix”, pero es una investigación “esencial para conocer unas empresas que operan en la sombra”, “un libro fascinante que pone rostros y nombres a uno de los sectores económicos más opacos y lucrativos de la economía globalizada”.
El mundo está en venta: la cara oculta del negocio de las materias primas, también es calificado como “una investigación asombrosa que revela cuánto dinero e influencia está concentrado en las manos de un grupo muy pequeño de gente”. El Financial Times lo califica como “el libro definitivo sobre la mayor crisis de las materias primas de la historia”.
Los autores nos llevan a través de varios estudios de casos, comenzando con Libia, a conocer cómo un grupo pequeño de comerciantes han ganado poder. Este libro está lleno de casos y nos cuenta, por ejemplo, cómo el programa de alimentos por petróleo de la ONU tuvo que pasar por una cuenta en Nueva York, que no es lo que quería Irak, para mantener bajo control a Saddam Hussein, ya que necesitaba dinero para seguir adelante con sus aventuras militares.
“Aquí, los comerciantes de productos básicos intervinieron y el dinero se enrutó a través de una miríada de canales para que nunca se supiera la identidad de las dos partes. El petróleo pasaba de una empresa a otra a través de una red de identidades anónimas incorporadas en paraísos fiscales. Vitol canalizó los pagos a través de equipos misteriosos en las Islas Vírgenes Británicas, por lo que rastrearlo hasta Irak fue prácticamente imposible”.
Bajo la mirada de los reguladores y las autoridades de Occidente, esos comerciantes —desconocidos, apolíticos y con contactos en todas las esferas dicen los autores— ayudaron a Saddam Hussein a vender su petróleo, financiaron a las fuerzas rebeldes libias durante la Primavera Árabe, y permitieron que Vladímir Putin sorteara estrictas sanciones económicas, dicen.
En este libro Javier Blas y Jack Farchy relatan cómo los comerciantes pioneros de productos básicos cruzaron fronteras, incluido el Telón de Acero, también cómo la desaparición de la Unión Soviética fue una gran oportunidad para los comerciantes de materias primas que predijeron el espectacular crecimiento de China y a la vez ganaron grandes sumas de dinero.
“El avión se inclinó con fuerza al iniciar el descenso. Hoy muy por debajo, las plácidas aguas del mediterráneo habían dado paso a la árida extensión del desierto del norte de África. Columnas de humo salpicaban el horizonte. Dentro del pequeño avión privado, los ocupantes, con el rostro pétreo, se agarraban a sus asientos mientras descendían en una serie de espirales que les revolvieron en estómago». Así comienza la historia…