Hasta hoy, los hombres dominan el gobierno y los negocios. En los rangos más altos hay poca representación femenina. Las mujeres ocupan alrededor de 16% de los cargos directivos en las 500 empresas de Fortune. Muchos analistas creen que la paridad en el liderazgo entre hombres y mujeres podría ofrecer ventajas reales.
Ante ese escenario, que igualmente prevalecía hace una década, John Gerzema y Michael D’Antonio realizaron una investigación que se publicó en el libro La doctrina Atenea. Cómo las mujeres (y los hombres que piensan como ellas) regirán el futuro (2013) que permitió ubicar cuatro cualidades: liderazgo, éxito, felicidad y moralidad con características inherentes a los hombres y a las mujeres, haciendo correlaciones cuyos resultados se comentan.
La información procede del más grande panel de empresas vinculadas a la base de datos, con un millón y medio de respondientes en 51 mil compañías, de las cuales se conjuntaron casi 70 mil respuestas de 13 países seleccionados: Alemania, Brasil, Canadá, Chile, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Japón, México y el Reino Unido.
Lo que primero se identificó fueron los sentimientos respecto a los tiempos que vivimos. El resultado fue que 86% piensa que hay demasiada concentración de poder institucional; 76% que su país se preocupa menos por sus ciudadanos; 74% niega que el mundo esté siendo más justo; y 51% está en desacuerdo en que la vida será mejor para sus hijos que para ellos.
Al ahondar en los motivos de esta inquietud encontraron que alrededor del mundo hay una insatisfacción con la conducta de los hombres. Los niveles más altos se registraron en Japón con el 79%, le siguieron Estados Unidos, México e Indonesia con dos tercios de los encuestados en igual proporción hombres y mujeres. En cuanto a edad, los jóvenes en Japón y Corea del Sur son críticos de la conducta masculina (75%), mientras que los millenials tienen una apreciación fundamentalmente mejor respecto al rol de las mujeres en la sociedad.
Por lo tanto, para profundizar en cuáles rasgos son característicos de conductas masculinas, femeninas o de ninguna en particular que motivan este diagnóstico, se enlistaron 123 atributos (ver listado de atributos analizados), preguntando a 32 mil personas. Su respuesta clasificó 40 como masculinos, 13 neutrales y 70 femeninos.
Atributos evaluados
A la otra mitad de participantes del panel le pidieron ponderar con la misma lista de atributos, la importancia de éstos para construir valores como liderazgo, éxito, moralidad y felicidad al considerar que estas cuatro palabras “capturan la esencia de lo que para los humanos implica hablar de una buena vida para ellos y la sociedad”.
Al correlacionar los datos recibidos, con las expectativas para resolver los retos actuales, encontraron que los rasgos femeninos correlacionan más con las posibilidades de corregir para hacer un mundo mejor. Los resultados específicos para cada palabra fueron los siguientes.
Liderazgo
Como lo representa la figura 2, los datos muestran más atributos personales de un líder ideal y moderno considerados como femeninos. Los resultados presentan que buscamos líderes con un estilo más expresivo, alguien que comparta sentimientos y emociones de forma más abierta y honesta. Alguien que conecte más personalmente.
La investigación indica que la paciencia es más importante que la independencia para el liderazgo y que buscamos un líder que pueda abrir las compuertas a través de la razón y no con ideología. La gente también cree que quien lidera debe tener pensamiento de largo plazo y planear para contar en el futuro con soluciones sostenibles en lugar de apresurar lo expedito.
Las cualidades de ser decisivo y resiliente (vistas como más masculinas) son importantes, pero la definición de “ganadores” está cambiando, ahora vale más lograr un acuerdo que “salirse con la suya” lo cual daba como resultado un ganador y un perdedor, equivalente a una “suma cero”. En economías más interconectadas e interdependientes, atributos como agresivo y controlador se consideran menos efectivos que los valores femeninos de colaborar y de compartir el crédito.
También se encontró que el enfoque a un propósito con causa (en lugar del personalismo) es más valorado como atributo del liderazgo. Además, ser leal (femenino) es más valioso que orgulloso (masculino). Por lo tanto, se desean líderes más intuitivos, más comprensivos de los sentimientos de los otros y más capaces de apreciar los diversos ángulos de un problema —o las consecuencias de una acción— antes de actuar. Finalmente, encontraron que ser flexibles es esencial como habilidad moderna ya que permite a la gente escuchar, aprender y construir consenso para conseguir que se haga lo necesario.
Figura 2
Éxito
Más del 80% de quienes respondieron señalaron que mantener las relaciones personales y el respeto de los demás es más importante que acumular dinero. Poco más del 50% indicaron que para las personas amables es más sencillo prosperar que para las personas agresivas y controladoras.
Entre las respuestas se observó que para muchas personas es importante favorecer la colaboración, amabilidad y empatía. Sin estudios anteriores a la mano para comparar, se encontró a una sólida mayoría de hombres y mujeres favoreciendo rasgos femeninos como esenciales para una vida exitosa.
Figura 3
Moralidad
Está fuertemente asociada a lealtad, ser razonable, empático y abnegado, rasgos considerados femeninos. El valor asignado a éstos refleja el coraje de la sociedad ante la ambición, corrupción y egoísmo de nuestros tiempos. Las estructuras sociales y los mercados económicos dependen de códigos morales, de confianza (que es percibida como femenina e importante para establecerse, adquirir o invertir), indicando requerir mayor respeto a la cultura femenina ya que es esencial para mejorar las estructuras sociales y la recuperación de los mercados alrededor del mundo. Observe la alta correlación y la inclinación de la línea de ajuste como tendencia.
Figura 4
Felicidad
En cada uno de los países sondeados, quienes respondieron estuvieron de acuerdo en vincular los rasgos y valores femeninos a la felicidad. Nuevamente, virtudes como paciencia, lealtad, ser razonable, expresivo, empático y flexible además de planear a futuro subraya el énfasis de adaptarse a un mundo nuevo.
Figura 4
En la figura 4, aun cuando se muestra la ubicación de los mismos 17 valores, en este caso relacionados con la felicidad, los autores reportan haber encontrado que valores como riqueza o abundancia han disminuido su significación para la felicidad. Reconocen otras formas de valor como los conocimientos y la influencia que sustituyen a valores materialistas influidos por la masculinidad como el poder y la estimación.
En contraste, ninguno de los valores masculinos como rudeza, agresividad, dominancia, bravura o arrogancia aparecen como soporte ni para un gran liderazgo, o persona moral y feliz. Además, valores incluidos como importantes en el ranqueo de liderazgo, moralidad y felicidad aparecieron en el grupo inferior de los reconocidos como masculinos.
EN MÉXICO
Con la información anterior en mente y el impacto de los cuatro conceptos analizados, el siguiente paso para mí fue ver la instrumentación de valores en las organizaciones mexicanas, por lo que consulté informes anuales integrales de aproximadamente la décima parte de 140 corporaciones listadas en los mercados de valores mexicanos, buscando la mención sobre los valores que impulsan. Lo que encontré fue que después de sólo citar los principales me remitían a sus códigos de ética.
Para analizar el contenido de esos valores, los ubiqué en una matriz de valores humanos definidos por María Pliego —docente fundadora del Instituto Panamericano de Ciencias de la Educación (IPCE), retomados por Carlos Llano para impulsarlos por el IPADE— a saber: espirituales, morales, intelectuales, sociales, estéticos, físicos y materiales.
En la tabla Correlación México se presentan los 12 códigos analizados, la cantidad (#) de pronunciamientos sobre valores impulsados y clasificados en su tipología, así como una clasificación más el resultado de la búsqueda del impulso a la mujer, para ver si hay un apoyo explícito a lo femenino. En la tercera columna coloqué frases que, a manera de ejemplo, muestran los valores que estos códigos impulsan.
Correlación México
Cito ejemplificativamente su contenido de forma abreviada. Los invitó a revisar los de su organización. Notarán la falta de compromiso por impulsar ciertos valores. No es el caso de los valores sociales, morales, físicos y de negocios que corresponden a los objetivos de respeto a la ley, a los compañeros y clientes, a la ecología y a lograr utilidades.
Notarán que, para los valores considerados más femeninos, según el resultado de la investigación reportada, les hace falta la promoción, no sólo el respeto, a las oportunidades para la mujer y el despliegue impulsor de valores más femeninos en las conductas normadas por sus códigos de ética (ver listado de atributos evaluados).
IMPLICACIONES PARA EL FUTURO DE LA MUJER EN NEGOCIOS Y SOCIEDAD
Después de consultar sobre el significado de los resultados, expertos señalan que las mujeres generan más confianza (en consumidores, colaboradores e inversionistas), parecen escuchar más cuidadosamente y empatizan con otros. Las personas con estas habilidades, hombres y mujeres tendrían más éxito en tiempos de crisis cuando el público ha perdido confianza en las instituciones. Y, dadas las circunstancias de escaso crecimiento, inquietud política y desastres naturales, la confianza escasea.
Hay evidencias para sustentar estas afirmaciones. El informe Hedge Fund Research de 2009 mostró que durante nueve años los fondos administrados por mujeres superaron en rendimiento a los manejados por hombres. En 2012 un estudio de Credit Suisse reveló que, en un período de seis años, las acciones de compañías de gran tamaño (con capitalización superior a 10 billones de dólares) con mujeres en sus Consejo de Administración, comparadas con las compañías cuyo Consejo es integrado sólo por hombres, les superaron en 26%.
Un estudio de la académica Aida Sijamic Wahid (The Effects and the Mechanisms of Board Gender Diversity: Evidence from Financial Manipulation, 2019) arrojó resultados que sugieren que la diversidad de género en un consejo de administración disminuye la incidencia tanto de errores en los informes financieros como de fraude.
En consecuencia, las evidencias mueven a reflexionar que es necesario aplicar una reingeniería a la declaración de valores corporativos. Por una parte, para adoptar posturas proactivas en favor de las oportunidades para el ascenso de las mujeres y contar con su aportación; por la otra, para pronunciase en sus declaraciones de propósito y valores impulsados en el código de ética y en su informe anual por conductas que adoptan valores femeninos.