4. Creación del Instituto Nacional de Pensiones. Se trata de un organismo autónomo que integre a todas las entidades que hoy trabajan en temas de pensión para que analice las proyecciones y pueda administrar de forma subrogada las reservas financieras que soporten los pagos en el proceso de acumulación para los pilares Universal y Básico, así como para el proceso de desacumulación a través de pensiones. El Instituto deberá administrarse mediante tres áreas fundamentales:
I. Gestión de recursos. Actividad operativa del Instituto para integrar las áreas de operaciones, tecnología e inversiones para efectos de la administración eficiente de entradas y salidas de recursos. Se generarán los acuerdos de inversión específicos con el sector privado en la fase de acumulación y se pagarán las pensiones integradas por cada uno de los beneficiarios del esquema de pensión. El pago de la pensión se genera en el Instituto.
II. Regulación y supervisión. Atenderá las áreas de coordinación y vigilancia del sistema en general y de sus participantes, así como las estadísticas de contribución y pago.
III. Política pensionaria. Instrumento para generar el análisis, diseño y propuesta de modificaciones y actualizaciones al Sistema de forma continua, evaluando la adaptación a las condiciones específicas del país y su evolución demográfica.
Se requiere que sea una institución fuerte y bien diseñada para cuidar y administrar los recursos recaudados, así como su distribución en el tiempo.
5. Ley Marco Pensionaria. Se trata de contar con una legislación que unifique los parámetros necesarios de edad, contribución, porcentaje de aportación y proyección financiera para incorporar a la totalidad de los pilares pensionarios existentes.
La Ley Marco deberá contemplar la revisión actuarial de los planes que integran el Pilar Básico y sus procesos de posibles reestructuras o incorporación al modelo de fondo solidario, a fin de garantizar el correcto financiamiento de los mismos.
6. Sostenibilidad financiera compartida. El esquema planteado requiere varias situaciones y la participación de todos los pilares para lograr la sostenibilidad financiera en el tiempo. En principio es indispensable determinar en el Pilar Básico el monto tope que logrará dicha pensión para determinar la elegibilidad de los ciudadanos que no requieren del ahorro voluntario. Se propone la valoración a cinco salarios mínimos.
El esquema requiere de un fondo de acumulación solidario que integre las aportaciones de previsión del Pilar Universal, así como las contribuciones obligatorias del Pilar Básico. El fondo soportará el esquema de entrega de pensiones donde los pilares Complementario y Voluntario trasladan los recursos ahorrados, siempre y cuando sea decisión del individuo.
Dicho fondo debe tener esquemas de gestión transparentes para alcanzar la máxima rentabilidad. Conociendo el desempeño del Estado en gestionar fondos se recomienda que se realicen concesiones a privados con la intención permanente de balancear el ingreso y egreso del fondo en el largo plazo.
El sistema deberá ser evaluado regularmente para determinar los ajustes en edad, contribución y tiempo de contribución, según se muevan las características de la población. No debemos olvidar que el primer diseño deberá satisfacer el retiro de la generación del milenio que es la más numerosa e iniciará pensiones dentro de 20 años. El Instituto Nacional de Pensiones deberá generar los análisis.
Aún y cuando no es responsabilidad del sistema de pensiones el fomento del empleo y la productividad, es de vital importancia su participación en estos temas para sostener financieramente el sistema en el tiempo.
POR UN ÁREA DE OPORTUNIDAD PARA TODOS
Las acciones propuestas están encaminadas a integrar lo que ya está en funcionamiento en México para crear un solo sistema para la administración de las pensiones por vejez basado en los méritos de cada ciudadano, independientemente del sector socioeconómico en el que se ubique.
Se trata de un sistema único de México que reconozca que existen planes distribuidos entre población específica que pueden ser aplicados o transformados para beneficio general de la población distinguiendo su participación, lo que significa recuperar la mutualidad que permita hacer frente a las características de la población futura en su conjunto y no solo como individuos, además de ser solidarios en cuanto a la generación a la que pertenecen y su género.
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En el marco de la Convención Nacional IMEF se presentó la Ponencia IMEF 2023: Visión IMEF 2024-2030,
un documento que presenta una serie de propuestas enmarcadas en 15 áreas temáticas, elaborado por expertos de diversas materias con el objetivo de contribuir a identificar, estudiar, analizar y, sobre todo, proponer desde un análisis técnico, soluciones viables a problemáticas específicas del país, todo ello en un momento coyuntural como es la antesala del proceso electoral 2024 por el cual se elegirán al próximo Presidente de la República y 20 mil cargos públicos.
Puede consultar las más de 90 propuestas en las 15 áreas temáticas del documento en:Visión IMEF 2024-2030