A menos de 10 días de las elecciones presidenciales en Estados Unidos y con la votación anticipada en marcha, se ha observado una amplia volatilidad en los mercados financieros. De cara a este evento tan relevante, vale la pena esclarecer cómo funcionan las elecciones norteamericanas ya que el presidente no se elige por voto popular directo, como ocurre en México, sino a través del Colegio Electoral por un sistema de sufragio indirecto.
El Colegio Electoral está compuesto por 538 electores, elegidos por el voto popular, que tendrán la misión de votar para definir al ganador de la contienda presidencial. A cada estado se le asigna un número de electores dependiendo de: 1) el tamaño de la población y 2) el número de representantes y senadores que tengan en las cámaras.
Por ejemplo, los estados de California y Texas tienen 54 y 40 electores, respectivamente, mientras que Connecticut y Mississippi cuentan con 7 y 6 electores, en el mismo orden. Es importante señalar que el partido que gane en cada estado se lleva todos los votos electorales asignados a dicho estado. De esta forma, el candidato que obtenga al menos el 50% de los votos electorales más uno, es decir 270 votos, será el presidente de los Estados Unidos.
Como es bien sabido, el partido Demócrata está representado por Kamala Harris y su compañero de fórmula Timothy James Walz, mientras que el partido Republicano por Donald Trump y su compañero de fórmula James David Vance. De acuerdo con las encuestas más recientes, la campaña para la elección presidencial está estadísticamente empatada a nivel nacional ya que la diferencia entre ambos candidatos es muy poca por lo que entra en el margen de error.
Con ello, la atención se centra en los estados péndulo (swing states) ya que podrían definir los resultados de la elección. En esta ocasión, los estados indecisos, con sus respectivos votos electorales, son: Pensilvania (19), Carolina del Norte (16), Georgia (16), Michigan (15), Arizona (11), Wisconsin (10) y Nevada (6). De acuerdo con cifras de Bloomberg, los siete estados también se encuentran en un punto muerto, con el 49% de apoyo a cada candidato y un margen de error de 1%.
En este sentido, las elecciones norteamericanas han sido el eje de la narrativa, entre otros factores, para los mercados financieros. Sobre todo, el cambiario que ha reflejado una alta volatilidad y el MXN ha sido sensible a una mayor demanda por coberturas. Como referencia, el peso mexicano se presionó 4 desviaciones estándar por arriba del promedio de 90 días en las elecciones de 2016, cuando Donald Trump ganó. Sin embargo, el movimiento fue menos álgido en otros procesos electorales promediando alrededor de 2 desviaciones.
Actualmente, la divisa opera en 19.81 por dólar, equivalente a 1.2 desviaciones estándar, tras superar el psicológico de 20.00 y alcanzar 20.10 en días previos. Vale la pena mencionar que hoy una desviación estándar equivale a 70 centavos. Con esto en mente, podríamos ver niveles de hasta 20.60 por dólar en lo que resta del año.
Si bien la elección presidencial se llevará a cabo el 5 de noviembre, el proceso no termina ahí. El 17 de diciembre, los miembros del Colegio Electoral emitirán sus votos y a inicios de enero del 2025, el Congreso contará los votos electorales. Finalmente, el 20 de enero se llevará a cabo la Inauguración Presidencial.
El peso mexicano se presionó 4 desviaciones estándar por arriba del promedio de 90 días en las elecciones de 2016, cuando Donald Trump ganó. Sin embargo, el movimiento fue menos álgido en otros procesos electorales promediando alrededor de 2 desviaciones.