Entre 2018 y 2024, el PIB de México creció cerca de 4.94% o 0.81% promedio por año, siendo el menor crecimiento sexenal desde Miguel de la Madrid. Esto se debe en parte a la pandemia del Coronavirus, pues en 2020 el PIB se contrajo 8.55% (la mayor contración desde 1932). Sin embargo, el bajo crecimiento también estuvo explicado por otros tres factores:
1. La economía de México ya estaba en recesión antes de la pandemia. En 2019, el PIB de México se contrajo 0.39%, debido a la cautela que provocó la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y la reorganización del gasto público.
2. La recuperación económica de la crisis de la pandemia fue muy lenta. Previo a la pandemia, el PIB de México alcanzó un máximo en el tercer trimestre del 2018, lo que estuvo seguido de un deterioro económico y una recesión que se profundizó en 2020 con la pandemia. La ausencia de una política fiscal contra cíclica y el menor gasto en infraestructura hizo que el PIB terminara de recuperarse hasta el tercer trimestre del 2022.
Es decir, entre el máximo del PIB en 2018 y la recuperación en 2022, transcurrieron 16 trimestres. En contraste, la economía de Estados Unidos comenzó a caer en el primer trimestre del 2020 con el comienzo de la pandemia y logró una recuperación completa en el primer trimestre del 2021, un periodo de solamente 4 trimestres. Esto es, a México le tomó el cuádruple del tiempo que le tomó a Estados Unidos recuperarse.
3. Política de austeridad. El gobierno de México redujo el gasto público en inversión. Este tipo de gasto tiene un efecto multiplicador sobre la economía, por lo que al reducirse termina por afectar el crecimiento económico más allá de lo “ahorrado”.
Este tipo de gasto incluye el mantenimiento de la infraestructura, lo que ha resultado en un freno para el pleno aprovechamiento de la oportunidad del nearshoring. Durante el sexenio, el gasto en capital se contrajo 11.86% real y el gasto en inversión física se contrajo 18.98%, debido a que el gasto en inversión se concentró en proyectos insignia en la región sur del país, pero se dejaron de lado otros proyectos.
Con el bajo crecimiento del PIB, el sexenio terminará con una contracción del PIB per cápita de 1.05%, siendo la primera contracción sexenal del PIB per cápita desde el sexenio de Felipe Calderón y la más profunda desde el sexenio de Miguel de la Madrid.
PUNTO POR PUNTO
Al interior del PIB destaca que durante el sexenio de López Obrador se observó una marcada desaceleración en el crecimiento del consumo privado, avanzando 6.66% respecto al sexenio previo, a pesar de los incrementos en el ingreso de la población por los ajustes al salario mínimo, las transferencias del gobierno y el crecimiento de las remesas.
La desaceleración se debió al efecto negativo en el consumo durante el 2020 por el impacto de la pandemia del Coronavirus y por las presiones inflacionarias, que erosionaron el poder adquisitivo de la población, principalmente entre 2021 y 2002.
El debilitamiento fue mayor en el consumo de bienes de origen nacional , que acumuló un crecimiento de 2.28% respecto al sexenio previo, mostrando una marcada desaceleración. En contraste, el consumo de bienes importados mostró un crecimiento de 32.60%, debido a la apreciación del peso, pues durante el sexenio hasta el 26 de septiembre del 2024, el peso acumuló una apreciación de 3.84% frente al dólar.
Cabe destacar que, en los últimos cuatro sexenios, el crecimiento del consumo fue impulsado por los bienes importados, pero la razón entre el crecimiento del consumo de bienes importados y el crecimiento de consumo de bienes nacionales nunca había sido tan grande (14.28 vs 3.07 en el sexenio de Peña Nieto, 2.36 con Felipe Calderón y 3.89 con Vicente Fox).
Al interior de los determinantes del consumo, la tasa de desempleo ha disminuido, pero el desempleo extendido (contemplando a las personas que no están buscando activamente un trabajo, pero que lo tomarían si se los ofrecen) se ubica aún por encima del 10%. Además, la tasa de informalidad laboral ha disminuido, pero a paso muy lento, ubicándose al cierre del sexenio en 54% de los ocupados.
Con relación al empleo formal en el sector privado, en el sexenio de López Obrador se crearon 1,931,909 empleos registrados ante el IMSS, de acuerdo con información disponible hasta agosto del 2024, siendo la menor creación de empleo en un sexenio desde Vicente Fox.
No obstante, durante el sexenio de López Obrador se observó un crecimiento más acelerado de la masa salarial, lo que se debió principalmente a los ajustes significativos del salario mínimo, que acumularon un alza de 181.7% en el salario mínimo general y de 324.3% en la Zona Libre de la Frontera Norte. El incremento del salario mínimo presionó al alza el resto de los salarios: el salario diario de cotización del IMSS subió en el sexenio 66.56%, acelerándose desde el crecimiento de 30.56% en el sexenio anterior.
Considerando el crecimiento de los salarios y ajustando por inflación, la masa salarial real registró durante el sexenio un crecimiento de 37.11%, acelerándose de un crecimiento de 28.80% en el sexenio anterior. El crecimiento de los salarios tuvo un efecto positivo en la disminución de la pobreza laboral. Hasta el segundo trimestre del 2024, el porcentaje de la población con un ingreso laboral inferior al costo de la canasta alimentaria se ubicó en 35.0%, bajando 5.2 puntos porcentuales respecto al comienzo del sexenio y siendo la menor tasa de pobreza laboral desde el segundo trimestre del 2007.
A pesar de esto, el consumo, como se mencionó anteriormente, desaceleró su tasa de crecimiento y de acuerdo a la encuesta de ingreso y gasto, en 2022 (último dato disponible) los hogares de México aumentaron en este sexenio su dependencia de las transferencias (del gobierno y de remesas) con relación al cierre del sexenio anterior.
Respecto a las finanzas públicas. En lo que va del sexenio de López Obrador (diciembre 2018 a julio 2024) el gasto neto del sector público acumula un crecimiento real de 9.30%. El gasto muestra una significativa desaceleración en comparación con todos los sexenios previos con información desde el sexenio de Carlos Salinas.
A primera vista esto podría parecer algo positivo. Sin embargo, la disminución del gasto, por la “política de austeridad” afectó principalmente al gasto de capital, siendo el primer sexenio al menos desde Ernesto Zedillo (no se tienen registros del gasto en capital de sexenios anteriores) que disminuye este tipo de gasto. Además, la consecuencia lógica de disminución del gasto público sería un menor endeudamiento y un menor déficit, pero ocurrió lo contrario.
Durante el sexenio de López Obrador, el déficit como porcentaje del PIB tendió a crecer sostenidamente, pasando de 1.6% en su primer año de gobierno a 5.0% estimado en su último año de gobierno. Esta tendencia no se observaba desde el sexenio de Miguel de la Madrid
A pesar de que las tres grandes agencias calificadoras mantienen una perspectiva estable, durante el sexenio se recortó en varias ocasiones la calificación crediticia, dos veces en el caso de Moody’s y Fitch Ratings y en una ocasión con S&P Global.
Con lo anterior, es el primer sexenio en registro que las tres grandes calificadoras terminan con ajustes negativos.en los últimos seis años, ninguna calificadora hizo una revisión al alza de la calificación crediticia. Los recortes se concentraron en los primeros años del sexenio.