A pesar del rápido ascenso de las tasas de interés, la economía de EE. UU. crece 1.1% a tasa anualizada en el primer trimestre de este año para hilar tres trimestres en expansión.
¿POR QUÉ NO SE HA FRENADO LA ECONOMÍA?
1. La tasa real de fed funds apenas ha llegado a terreno positivo. La inflación anual al consumidor (CPI) es 4.9%, mientras la tasa de fed funds la aumentó la Reserva Federal a 5-5.25% en su reunión de mayo. Considerando los altos niveles de liquidez que inyectó la Reserva Federal y la estrechez del mercado laboral, se requiere más tiempo para que el nivel restrictivo afecte de manera sensible el grueso de la actividad económica y el dinamismo de los precios, sobre todo si la política fiscal es expansiva, como es el caso actualmente.
2. Los consumidores aún disponen de cerca de 500 mil millones de dólares de ahorro en exceso que formaron con las transferencias recibidas en 2020 y 2021. Esto le da soporte al consumo, que avanzó a un ritmo anualizado de 3.7% en el primer trimestre.
3. El conflicto con China y la búsqueda de seguridad en las cadenas de suministro, aunado a estímulos fiscales ha generado un incremento (62% anual) de la construcción en la industria manufacturera en proyectos de microprocesadores y energía limpia entre otros.
4. La participación laboral se ha recuperado, especialmente para el grupo prime age (25-54 años). Esto permite el aumento del empleo y de la masa salarial. La demanda de personal ha disminuido, pero aún hay 1.7 vacantes por cada desempleado.
¿CUÁLES SON LOS RIESGOS Y LAS RESTRICCIONES PARA EL CRECIMIENTO?
1. La crisis bancaria es un problema complejo que no está solucionado. Los bancos han perdido 1 millón de millones de dólares de depósitos desde abril del 2022. La salida de depósitos responde a la reducción de liquidez por la disminución del balance de bonos de la FED y a un proceso de desintermediación, al redireccionarse los depósitos bancarios a cuentas del mercado de dinero (money market) que ofrecen tasas cercanas al 5% anual a plazos muy cortos.
Dentro de su política “restrictiva” para controlar la inflación, la FED confirma en su comunicado de mayo continuar con el plan de reducción de su portafolio de activos (reinvertir menos de lo que recibe por los vencimientos de sus bonos), lo cual implica retirar liquidez, por lo que los bancos seguirán enfrentando un gran reto para retener los depósitos.
La banca sufrirá un significativo incremento en el costo de su fondeo, que tendrá que trasladarlo a la tasa de los créditos que otorga. El efecto previsible es un freno del crédito bancario en una magnitud incierta.
2. El déficit público está disparado. De octubre 2022 a abril 2023 el déficit aumenta a 1.06 millones de millones de dólares, equivalente a un 236% más que en el mismo periodo de un año antes. En ese entorno se llevarán a cabo las negociaciones sobre el techo de deuda. En cualquier caso, a mediano plazo el déficit fiscal debe ser abordado con menor crecimiento del gasto público y/o mayores impuestos, de lo contrario se corre el riesgo de una crisis fiscal y una gran volatilidad financiera.
3. Productividad a la baja. A pesar de lo que podría esperarse con los avances tecnológicos, la productividad (producción/horas hombre) ha retrocedido en los últimos trimestres. Una causa podría ser un mercado laboral apretado que inhibe los recortes de personal en las empresas por el temor de no poder llenar vacantes en el futuro. A su vez, las vacantes o ausencias en las empresas afectan la producción. Sin embargo, hay factores estructurales como el envejecimiento de la fuerza laboral y menores avances en la escolaridad respecto a décadas pasadas, que inhiben los avances en la productividad.
4. Signos de desaceleración. El empleo crece a tasas descendentes. El buen dato de empleo de abril (253 mil) vino acompañado por una revisión a la baja de 149 mil entre febrero y marzo. La venta de bienes está estancada desde marzo de 2021. El índice de acceso a compra de casa (affordability index) sigue deprimido por el alto precio de las casas y las tasas hipotecarias. El crédito bancario está frenado desde marzo 15.
PERSPECTIVA
El escenario es complejo. La política monetaria intenta moderar la demanda y enfriar el mercado laboral para reducir las presiones inflacionarias a la par de un problema bancario inesperado.
La Reserva Federal estima en sus proyecciones de marzo que la tasa de desempleo será 4.5% en el cuarto trimestre de este año, que comparado con la tasa actual de 3.4% implicaría un enfriamiento sensible de la economía en el segundo semestre del 2023.
Ese escenario sería congruente con una desaceleración significativa o incluso contracción del crédito bancario, cuyas consecuencias son inciertas en magnitud y en duración, lo que podría derivar en una recuperación lenta de la economía en años posteriores.
Las proyecciones de marzo de la Reserva Federal estiman un crecimiento (cuarto trimestre contra cuarto trimestre) de 0.4, 1.2 y 1.9 para 2023, 2024 y 2025 respectivamente. Los pronósticos lucen optimistas si no hay un repunte significativo de la productividad.
Las alertas de recesión toman como referencia las señales actuales de la curva invertida de rendimientos (mayor tasa a corto que a largo plazo), el aumento de los estándares de crédito y/o la reducción de la liquidez, entre otras variables.
De primordial importancia para la economía de nuestro país será la evolución de la demanda en Estados Unidos, que representa un factor clave tanto para las exportaciones mexicanas como para la atracción de inversión por el nearshoring.