Hoy, en un mundo tan competitivo, dinámico y cambiante, uno de los principales activos que tiene una empresa es su capacidad de previsión, reacción y adaptación. Y para eso necesita información. En ese sentido, las tecnologías digitales —entendidas como todas las herramientas electrónicas, sistemas automáticos, dispositivos y recursos tecnológicos que generan, procesan o almacenan información— son un instrumento para recolectar, organizar, procesar y analizar datos con una clara superioridad respecto a los medios analógicos en alcance, velocidad, calidad, capacidad de almacenamiento, seguridad y eficiencia.
Respecto a la capacidad de almacenamiento, fundamental para el manejo de bases de datos integrales, ésta se ha incrementado radicalmente, al grado de que las tecnologías digitales han revolucionado la forma de hacer negocios, al permitir procesar grandes volúmenes de datos, automatizar procesos, comunicaciones masivas y hasta la creación de sistemas que imitan el funcionamiento de la mente humana.
Los beneficios de las tecnologías digitales en los negocios son varias. El más obvio es que al automatizar procesos simplifican tareas y ahorran tiempo, lo que mejora la productividad, reduce costos, plazos y la calidad de las operaciones. Por otro lado, facilitan el trabajo en equipo, mejorando la comunicación interna y el intercambio de datos entre las distintas áreas de las empresas. Un ejemplo muy claro son los Customer Relationship Management (CRM).
Sin embargo, la revolución de la digitalización no está en todas las empresas. En el “Estudio Digitalización Pymes 2024”, realizado por la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur) se encontró que sólo el 15% de las Pymes cuentan con una estrategia digital efectiva, situación que debe cambiar, ya que después de la pandemia nos estamos convirtiendo en ciudadanos digitales, y eso significa consumidores digitales.
¿EXTINCIÓN, ESTANCAMIENTO O EVOLUCIÓN?
La ciudadanía digital se define básicamente como “la capacidad de participar en la sociedad en línea”. Así que los consumidores digitales hoy en día buscan productos y negocios en línea, piden recomendaciones en línea, revisan portales y comparadores en línea, compran en línea y si al final del proceso tienen una queja lo publican en sus redes sociales, alimentando la información que servirá de retroalimentación para otros futuros compradores.
En otras palabras, el negocio que hoy no tenga presencia digital está condenado a la extinción o, en el mejor de los casos, al estancamiento.
El negocio que hoy no tenga presencia digital está condenado a la extinción o, en el mejor de los casos, al estancamiento.
No hay porqué tener miedo de las tecnologías digitales. Estas son cada vez más intuitivas y
user friendly, más accesibles y económicas y, lo más importante, se han adaptado a las necesidades de las Pymes. Sin decir marcas, por ejemplo, los Enterprise Resource Planning (ERP) que hasta hace poco eran impensables para una PYME por costo y complejidad, hoy ya tienen versiones mucho más ligeras y ajustadas al nivel de transacción y volumen de una Pyme.
Existen muchos casos de éxito de digitalización de empresas; algunas son Pymes con un poderoso músculo innovador. Y pueden ser tanto
start-ups como Pymes tradicionales que han sabido cambiar el
chip y que van un paso por delante en su mercado.
Por ejemplo, recuerdo el caso de una empresa muy reconocida del sector de alimentos, con varias sucursales de venta al público en toda el Área Metropolitana de Monterrey, muy tradicional y arraigada en la idiosincrasia mexicana. Participó en varios programas de la Secretaría de Economía de Nuevo Léon, y gracias al apoyo que recibió está implementado un sistema en tiempo real, utilizando algoritmos de inteligencia artificial para mantener sus inventarios en cada tiempo en el punto óptimo sin tener que desperdiciar insumos o tener excedentes costosos.
Así como esta empresa, muchas más pueden recorrer el camino de la implementación de tecnologías digitales. Vale la pena. En Nuevo León, la Secretaría de Economía tiene varias iniciativas y programas para apoyar a las Pymes para convertirse en Pymes 4.0.
Por ejemplo,
el programa Pymes Innovadoras, del cual ya hemos hablado en esta revista, es una herramienta para que las empresas puedan diseñar y ejecutar proyectos de innovación en tecnologías digitales.
Así como tenemos actualmente consumidores digitales, debemos migrar a Pymes digitales. Es todo un reto, pero qué prefieren ¿extinción, estancamiento o evoluicón? Creo que la respuesta obvia es evolución a 4.0 y lo que venga.