Los precios del petróleo han marcado una clara tendencia al alza desde julio, con un mercado energético caracterizado por balances cada vez más estrechos. Bajo esta coyuntura, las referencias internacionales de crudo cotizan en máximos no vistos desde noviembre del año pasado, acumulando ganancias de más de 20% en el trimestre. En particular, la referencia del mercado europeo, Brent, perforó la resistencia de 90 dólares por barril, mientras que la referencia de Estados Unidos, WTI, se ubica por arriba de 87 dólares por barril.
El 5 de septiembre, los líderes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y aliados (OPEP+) brindaron un impulso adicional a los precios tras prolongar las restricciones en la oferta global por un mayor periodo de tiempo respecto a lo esperado por el mercado (3 meses vs 1 mes). Arabia Saudita extendió su recorte voluntario de 1 millón de barriles diarios (Mbbl/d) hasta diciembre, manteniendo la producción en su nivel más bajo desde mediados de 2021 alrededor de 9 Mbbl/d. Rusia acompañó esta decisión prolongando su recorte en exportaciones de crudo de 300 mil barriles diarios para el mismo periodo. Ambos países señalaron que revisarán mensualmente su decisión para evaluar si es necesario disminuir o aumentar la oferta con el objetivo de mantener la estabilidad y el balance del mercado energético.
Del otro lado de la ecuación, se ha observado un mayor consumo global de acuerdo con datos de la EIA (US Energy Information Administration). La agencia estima que la demanda aumente a niveles no vistos desde la pandemia de 103.23 Mbbl/d en diciembre, equivalente a un incremento de 2.41 Mbbl/d respecto al año previo y a un déficit de 1.31 Mbbl/d. Esta expectativa está apoyada principalmente por una economía resiliente en Estados Unidos, compensando la decepcionante recuperación de China. Vale la pena señalar que este déficit podría ser más amplio tras incorporar las últimas decisiones de los miembros de la OPEP+.
Los precios del petróleo han marcado una clara tendencia al alza desde julio, con un mercado energético caracterizado por balances cada vez más estrechos.
Las curvas de futuros de crudo profundizaron el grado de backwardation, es decir, los precios spot son mucho mayores a los precios futuros, reflejando señales claras de un exceso de demanda en el corto plazo.
También es importante mencionar que, ante una oferta reducida, los inventarios de crudo de Estados Unidos han disminuido sostenidamente, acelerando las salidas en agosto hasta ubicarse en mínimos del año en medio de una temporada estacional de mayor consumo. Con ello, el precio promedio de la gasolina ha subido 7.7% desde el verano a máximos del año de 4.26 dólares por galón.
Bajo esta coyuntura, las curvas de futuros de crudo profundizaron el grado de backwardation, es decir, los precios spot son mucho mayores a los precios futuros, reflejando señales claras de un exceso de demanda en el corto plazo. En particular, los diferenciales entre los futuros de un mes y siete meses tanto para el Brent como para el WTI alcanzaron máximos del año de 4.25 y 4.72 dólares por barril, respectivamente. Además, el mercado muestra una mayor convicción sobre el repunte del crudo, al incrementar significativamente el volumen de opciones de compra.
La nueva dinámica en el mercado energético será evaluada por parte de los formuladores de política monetaria dadas las implicaciones directas e indirectas que tiene en los niveles de inflación, los cuales aún se mantienen por arriba de los objetivos de los bancos centrales a pesar de ciclos restrictivos bastante agresivos. En particular, el mercado sigue debatiendo la posibilidad de otra alza adicional de 25pb por parte del Fed en noviembre con una probabilidad de 50%, por lo que las próximas cifras económicas serán muy relevantes.