En las últimas semanas, los bancos centrales de países desarrollados han reiterado una postura más restrictiva para hacer frente a los aún elevados niveles de inflación, con algunos incluso acelerando su ritmo de alzas. Esto es contrario al panorama de los bancos centrales de economías emergentes donde ya quedó claro que el apretamiento monetario llegó a su fin y se anticipa que pronto comenzarán los recortes.
En Estados Unidos, el Fed mantuvo sin cambios el rango de los Fed funds en 5.00%-5.25% por primera vez en 15 meses como era ampliamente esperado por el mercado; sin embargo, la actualización del dot plot —gráfico que refleja las expectativas de los miembros sobre las tasas de interés— mostró una fuerte revisión al alza, incorporando un ajuste acumulado de +50pb en la mediana para 2023.
En este sentido, Jerome Powell, presidente del Fed, ha sido muy vocal sobre que la mayoría de los miembros esperan dos alzas adicionales y no descarta que los incrementos puedan darse en reuniones consecutivas. Además, anticipó que podrían regresar al objetivo de inflación de 2.0% hasta el 2025.
Por su parte, el mercado comienza a alinearse a este escenario, pasando de solo incorporar un alza a asignar una probabilidad de 50% para un segundo ajuste. Bajo esta coyuntura, el dólar se ha fortalecido alrededor de 1.0% desde su punto más bajo en junio de acuerdo con los índices DXY y BBDXY. En Europa, el Banco Central de Inglaterra (BoE) aceleró su ciclo alcista, llevando la tasa a 5.00% (+50pb) contrario a lo esperado (+25pb). Esto fue en respuesta a las fuertes presiones inflacionarias, ya que con la métrica anual de mayo (8.7% vs 8.4%e) se registraron cuatro meses consecutivos de sorpresas negativas.
Bajo esta coyuntura, los inversionistas apuestan por una tasa terminal cercana a 6.25%, equivalente a un incremento de 50pb en agosto y alzas de 25pb en septiembre, noviembre y diciembre. Con ello, los especuladores incrementaron sus posiciones netas largas en GBP a máximos desde abril de 2019.
Por su parte, el Banco Central Europeo (ECB) también ha reflejado preocupaciones por la inflación, señalando que aún no han alcanzado niveles lo suficientemente restrictivos. El mercado sigue esperando dos ajustes más de 25pb, elevando la tasa de depósitos a 4.00% y la de refinanciamiento a 4.50%.
Por el contrario, los bancos centrales de Latinoamérica ya finalizaron sus ciclos alcistas. Brasil fue el primero en alcanzar su tasa terminal de 13.75% tras un incremento acumulado de 1175pb. Posteriormente, Colombia, Chile, México y Perú alcanzaron 13.25% (1150pb), 11.25% (1075pb), 11.25% (725pb) y 7.75% (750pb), respectivamente. Tras mantener las tasas elevadas por algunos meses y una mejoría consistente en las lecturas de inflación, los Swaps anticipan el pronto inicio de recortes con Chile y Brasil siendo los primeros.
Bajo esta coyuntura, los rendimientos de los bonos soberanos de países desarrollados han repuntado con fuerza. Por ejemplo, los GILTS de 2 años alcanzaron máximos desde 2008 de 5.27%, equivalente a casi +100pb en junio. Mientras que los Bonos M han marcado un mejor desempeño, reflejándose en una menor prima de riesgo de 481pb, mínimos desde abril 2021. De igual manera, el peso mexicano se mantiene cotizando cerca de 17.00 por dólar (+14% YTD). Los activos locales seguirán beneficiándose de tasas reales atractivas en términos absolutos y relativos ante la expectativa de mayores recortes en otros países emergentes.
Jerome Powell, presidente del Fed, ha sido muy vocal sobre que la mayoría de los miembros esperan dos alzas adicionales y no descarta que los incrementos puedan darse en reuniones consecutivas. Además, anticipó que podrían regresar al objetivo de inflación de 2.0% hasta el 2025.