En los últimos días, el mercado asimiló nueva información en el frente de política monetaria. Las minutas del Fed consolidaron las apuestas de que los recortes en tasas se pospondrán más tiempo del que se tenía previsto. Vale la pena recordar que las últimas sorpresas al alza en la inflación de EE. UU. y los fuertes datos de empleo fueron el principal catalizador para el desplazamiento de las expectativas.
Actualmente, el mercado asigna una probabilidad de 77% a que el primer recorte de 25pb suceda en la reunión de junio, llevando el rango de los Fed Funds a 5.00%-5.25% y anticipa un ajuste total en el año de -83pb. Lo anterior en respuesta a la moderación en el optimismo visto a inicios de año cuando se anticipaba el inicio del ciclo de recortes en marzo y una reducción en el año de -150pb.
Por el contrario, las minutas de Banxico mostraron un tono menos restrictivo. Esto apoyó claramente la visión del mercado de un recorte de 25pb tan pronto como en marzo, ubicando a la tasa de referencia en 11.00%. Adicionalmente, anticipa una tasa al cierre de año alrededor de 9.75%, equivalente a una reducción total de -150pb vs -200pb a inicios de año.
En este contexto, los bonos soberanos finalizaron febrero con pérdidas. En particular, las tasas de los Treasuries cerraron muy cerca de máximos de tres meses, incrementando alrededor de 35pb. El movimiento en la parte corta nominal ha sido resultado de un mayor ajuste en el componente de inflación vs la tasa real.
En particular, el Treasuries de 2 años acumula pérdidas de 41pb de las cuales el 70% son resultado de un incremento en el breakeven de inflación. Con ello, la nota alcanzó hasta 4.72%, cerrando el mes en 4.62% desde 4.25% al cierre del año pasado.
De igual manera, los Bonos M registraron pérdidas, aunque más acotadas. Las tasas de corto y mediano plazo ajustaron alrededor de +10pb, mientras que las de mayor duración mostraron menores cambios. La referencia de 10 años cerró en 9.16% (sin cambios m/m).
En consecuencia, los diferenciales entre las tasas de México y EE. UU. se comprimieron de forma importante. En particular, la prima de riesgo mexicana —aproximada por el diferencial de las tasas a 10 años entre ambos países— perforó la figura de 500pb, alcanzando mínimos de seis meses de 491pb.
En el mercado cambiario, el dólar extendió el fortalecimiento, con los índices DXY y BBDXY ganando 0.8% y 0.5% m/m respectivamente, incluso alcanzando máximos de dos meses a mediados de febrero y con los futuros en Chicago regresando a ser netos largos. Con ello, la mayoría de las divisas desarrolladas ampliaron las pérdidas del año siendo el franco suizo la más débil (-2.6% m/m). De igual manera, el espectro de divisas emergentes finalizó en terreno negativo.
Sin embargo, el peso mexicano fue de las pocas con ganancias, posicionándose como la más fuerte durante febrero, a pesar de la reacción negativa a las minutas de Banxico. La divisa cotizó dentro de un rango bastante acotado entre 16.99 y 17.28 por dólar, cerrando con una apreciación de 0.9% en 17.05 por dólar. Asimismo, la dinámica en la volatilidad implícita fue notable. La lectura de un mes se comprimió a mínimos no vistos en los últimos cuatro años de 7.7%.
Hacia delante, el peso mexicano continuará respaldado por su atractivo carry y sólidos fundamentales macroeconómicos, incluso a pesar del inicio de recortes por parte de Banxico y especialmente vis-á-vis otros EMs que ya han iniciado un agresivo ciclo de bajas en tasas (e.g. CLP, BRL, COP).