Esto significa que muchas compañías extranjeras que ya tenían planes de operación y algunas de expansión las llevaron a cabo. Pero esta cifra es opacada por el rubro de nuevas inversiones, que se contrajeron significativamente en 73.5% (4,817 md frente a 18,147 md). O dicho de otra forma: del total de IED, sólo el 13.5% en 2023 correspondió a nuevas inversiones. Esta reducción es preocupante, porque evidentemente más que las reinversiones, las nuevas inversiones son las que crean oportunidades de empleo y de generación de crecimiento económico mediante exportaciones y consumo.
Se ha dicho que la relocación o nearshoring, surgido a raíz del rompimiento de las cadenas de suministro geográficas desde la pospandemia, representa una importante oportunidad para el desarrollo económico de México. El nearshoring es una decisión estratégica de las compañías que desean aprovechar las economías de escala y de ahorro de costos. Para su atracción, son fundamentales aspectos como la disponibilidad de infraestructura en el país (conectividad, agua, energía limpia a buen costo), oferta de mano de obra calificada y, sobre todo, respeto a los derechos de propiedad y certeza jurídica. En efecto, la principal consideración es la confianza y el Estado de derecho.
Al igual sucede con la IEC. Las cifras han sido decepcionantes, pues por cuarto año consecutivo este tipo de inversión financiera externa se contrajo. Fueron salidas de 11,273 md en 2023. La acumulación de recursos extranjeros de salida alcanzó de 2019 a 2023 la cifra de 68,271 md o el equivalente a casi 1.3 billones de pesos. Esta contracción se ha dado a pesar del diferencial positivo de tasas de interés entre México y Estados Unidos. Ello es un claro indicio de que los factores de la desconfianza e incertidumbre política han pesado más. El capital migra hacia donde haya mayor certidumbre jurídica y política.
A su vez, el nearshoring se ha sobrevendido, se cree que es una panacea que va a favorecer enormemente el desarrollo de la economía. Se nos presentan cifras potenciales de hasta 40,000 millones de dólares de beneficio. Pero no hay datos duros, son intenciones anecdóticas. En Tesla, por ejemplo, desde hace más de un año, no se ven avances.
El nearshoring sí representa una oportunidad de desarrollo. Pero declaraciones del presidente de que “por encima de la ley está su autoridad moral y política” son los mayores obstáculos. En vez de nearshoring, la actitud de López Obrador se empeña en lograr un farshoring, es decir, una oportunidad más que se alejaría.
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