En junio naufragó una embarcación con más de 700 migrantes en las aguas del sur de Grecia. Este hecho fue catalogado por la Federación Internacional de la Cruz Roja como “una de las peores tragedias migratorias de la historia”. En el barco iban egipcios, sirios, pakistaníes, palestinos…
En México, el 28 de marzo se incendió la Estancia Provisional de Ciudad Juárez en la que, al menos, 40 migrantes fallecieron. El origen de las personas era Guatemala, Honduras, Venezuela, El Salvador, Ecuador y Colombia.
En cuanto a los refugiados, al 21 de mayo de 2023, tras ser declarada la invasión de Ucrania por Rusia, se han contabilizado más de seis millones de ucranianos registrados en diferentes países de Europa, siendo Polonia y Alemania los que encabezan el ranking de receptores de refugiados, ambas naciones con más de un millón de personas.
Estos son hechos recientes que ponen sobre la mesa el tema de los migrantes y los refugiados, así como el de las sociedades de origen y destino, es decir, de las sociedades que los expulsan y las que los reciben.
CUÁNTOS Y EN DÓNDE
Según datos del Banco Mundial, alrededor del 2.3% de la población mundial —184 millones de personas, incluidos 37 millones de refugiados— vive fuera de su país de nacionalidad.
En el estudio
Migrantes, refugiados y sociedades se indica que en los movimientos transfronterizos entran en juego los motivos de los migrantes para trasladarse, sus habilidades, su condición jurídica, así como sus circunstancias y perspectivas personales (en los que cabría la fuga de cerebros o la migración de recursos humanos calificados), motivos a los que ahora se suman el cambio climático, así como las características demográficas de los países de origen y destino.
Vale la pena mencionar que, de acuerdo con el Banco Mundial, alrededor del 43% de los migrantes y refugiados vive en países de ingreso bajo y mediano; 40% en países de ingreso alto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos; y el 17% restante en países del Consejo de Cooperación del Golfo (Kuwait, Arabia Saudita, Omán, Qatar y Emiratos Árabes Unidos).
Hay países de origen y de destino de todos los niveles de ingreso y, de hecho, muchos son al mismo tiempo origen y destino, como México, Nigeria y el Reino Unido. Esto se debe a que, a pesar de que los principales países receptores han sido centros de la economía global, la clasificación tradicional de los movimientos migratorios entre países de origen, tránsito y destino está perdiendo significado, ya que muchos países actualmente son expulsores, receptores, o son países de tránsito de migrantes. Tenemos los casos de México y Turquía.
Turquía, desde que empezó la crisis en Siria en 2011 hasta 2022, de acuerdo con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), alberga más de 3.6 millones de refugiados sirios; 164,351 afganos; 142,576 iraquíes; 37,732 iraníes; y 5,518 somalíes los cuales han convertido a Turquía en el principal país de acogida para refugiados. El rol de Turquía se atribuye en gran medida a su estratégica posición geográfica, es decir, por ser la puerta de entrada a Europa desde el Medio Oriente.
Por lo que toca a México, somos uno de los principales países de origen de personas migrantes internacionales, ocupando el segundo lugar a nivel mundial después de India en 2020. Según datos del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (ONU DAES), la población de emigrantes mexicanos/as disminuyó 10% entre 2010 y 2020, impulsado en gran parte por los altos niveles de migración de retorno.
México también se está convirtiendo cada vez más en un país de destino de personas migrantes internacionales. Entre 2000 y 2020, la población inmigrante aumentó 123%. Según datos censales manejados por la
Organización Internacional de Migración (OIM)
las siguientes entidades federativas tenían las mayores poblaciones de personas migrantes internacionales en 2020: Baja California (13%), Ciudad de México (9%), Chihuahua (8%), Jalisco (8%) y Tamaulipas (6%).
Dentro de ese ir y venir, la OIM señala que más de 50,000 personas en todo el mundo han perdido la vida durante viajes migratorios desde 2014, fecha a partir de la que se tiene registro, y de éstos, más de 30,000 personas son de nacionalidad desconocida, esto es más del 60% de quienes pierden la vida en rutas migratorias siguen sin poder ser identificados.
¿MIGRACIÓN NECESARIA?
Las personas abandonan su país en respuesta a desequilibrios mundiales, como las grandes diferencias de bienestar, así como por los conflictos y la violencia. Sin embargo, el panorama está cambiando. Se estima que la migración será cada vez más necesaria para todos los países, independientemente de su nivel de ingreso, debido a factores demográficos, ya que la población de los países de ingreso alto y mediano envejece rápidamente.
La proporción de personas mayores de 65 años en países de ingreso alto ya se ubicaba en un máximo histórico del 19% en 2022, y se espera que esta cifra continúe creciendo. “El aumento ejerce presión sobre la economía global, los saldos fiscales y el contrato social en términos más amplios”, señala el reporte
Migrantes, refugiados y sociedades.
En la República de Corea —el país con las tasas de envejecimiento más aceleradas—, una de cada seis personas tendrá más de 80 años en 2050, es decir, el cuádruple de la cantidad de personas de esa edad que existe hoy. La mayor parte de los países de ingreso mediano también se encuentra en una etapa avanzada de transición demográfica, mientras se desploman las tasas de fecundidad.
Bangladesh, China, India, Mauricio, México, Tailandia, Túnez y Turquía se ubican por debajo del nivel de renovación, y esto plantea el riesgo de que muchos países de ingreso mediano “envejezcan” antes de lograr convertirse en naciones ricas. En tanto, la población de los países de ingreso bajo continuará creciendo rápidamente.
Las trayectorias económicas y sociales de los países de todos los niveles de ingreso estarán determinadas en gran parte por la decisión de permitir la migración para ayudar a reducir algunos de los nuevos desequilibrios que se observan en el mercado laboral mundial.
Aunado a ese motivo de migración está el cambio climático. Alrededor del 40% de la población mundial —3500 millones de personas— vive en lugares sumamente expuestos a los impactos de la escasez de agua, sequías, estrés térmico por calor, aumento del nivel del mar y fenómenos extremos como inundaciones y ciclones tropicales. Al disminuir las oportunidades económicas, aumentan las vulnerabilidades y las presiones a favor de la migración cuyos desplazamientos, hasta ahora, implicaban distancias cortas, principalmente dentro de un mismo país, pero esto puede llegar a cambiar.
En cuanto a la fuga de cerebros o migración de recursos humanos calificados, México ha aportado, según la OCDE, 866 mil mexicanos altamente calificados entre 2015 y 2017 lo que nos coloca como el país latinoamericano más afectado por ese fenómeno y el séptimo a nivel mundial. La información disponible indica que Estados Unidos es uno de los países que más recibe la migración mexicana altamente calificada, pues el 84% de los migrantes mexicanos con licenciatura y el 82% con posgrado tienen como destino dicho país.
Estos números presentan una asimetría entre México, que paga la formación de mano de obra altamente cualificada, y Estados Unidos, que la inserta en su estructura productiva y en los procesos de innovación a escala global.