Aunque
las razones detrás de la migración son tan diversas como las personas que migran, en general tienen que ver con causas ambientales, económicas, políticas, de guerra y humanitarias. ¿Cuáles atañen a México?
Datos oficiales indican que la diáspora mexicana es una de las más grandes del mundo (13.0 millones de personas migrantes en 2017), solo antecedida por la de la India (15.6 millones).
La mayoría de nuestros connacionales en el extranjero reside en Estados Unidos (11.6 millones), país con el que conformamos el principal corredor migratorio del mundo, el cual se delineó con más fuerza desde de la década de 1980 cuando México acogió a personas desplazadas y solicitantes de protección humanitaria que huían de los conflictos armados en Centroamérica.
Sin embargo, fue
a partir de la década de 1990 que México comenzó a configurarse como un territorio de tránsito regular e irregular para personas migrantes provenientes, principalmente, de Guatemala, Honduras y El Salvador que buscaban ingresar a Estados Unidos.
MÉXICO, RAZONES ECONÓMICAS
Pese al endurecimiento de la política migratoria estadounidense, tras la recuperación de la economía en Estados Unidos, desde 2016 las remesas presentan máximos históricos. De acuerdo con el estudio
Impacto del boom en las remesas en México, con perspectiva de economía del cuidado y de género (UANL, 2024),
en 2023, las remesas que recibió México ascendieron a 63.3 mil millones de dólares (mmd) a precios corrientes, cantidad superior a la que aporta el turismo internacional que en ese año ascendió a poco menos de 30 mmd o la inversión extranjera directa que se ubica en poco menos de 40 mmd, aún después del auge ocasionado por el nearshoring. A nivel internacional, se estima que se recibieron aproximadamente 857 mmd en el mundo, por lo que México recibe casi el 8%, siendo el segundo país receptor sólo después de la India, que acumula 14%.
En la investigación referida se indica que las remesas se contrajeron durante la crisis financiera de 2008 presentando una fase de estancamiento hasta aproximadamente 2014, para después crecer a un ritmo elevado y registrar un brinco en la época del Covid19 que se puede identificar como el boom o auge de las remesas en México.
Las razones del incremento no se han esclarecido del todo. Parte del incremento en las remesas que recibió extraordinariamente México después de 2020
puede ser explicado por los generosos paquetes fiscales que se instrumentaron durante las administraciones de Trump y Biden para mitigar el efecto contraccionista de la pandemia.
Un dato citado en el trabajo de referencia indica que, de acuerdo con la Reserva Federal de San Francisco, las extraordinarias transferencias fiscales que se instrumentaron desde 2020 han creado un exceso de ahorro en los Estados Unidos que llegó a los 2.1 billones de dólares en septiembre del 2023, y que todavía dos años después seguía siendo de 450 mmd. De esta forma, es razonable que una parte de éste excepcional estímulo fiscal terminara filtrándose a México vía las remesas.
Pero también
existen otras posibles fuentes. Una de ellas tiene que ver con un efecto colateral de la pandemia: el incremento excepcional en la migración hacia Estados Unidos de personas de América Latina. Las remesas que llegan a México
pueden ser originadas por mexicanos que trabajan en Estados Unidos, principalmente, como
de originarios de otros países que envían fondos a compatriotas que están internados temporalmente en México, en espera de poder migrar definitivamente a Estados Unidos.
En este sentido, hay investigaciones que reportan, con base en los datos de las detenciones en la frontera norte de México con Estados Unidos, que la migración pasó de 15 mil personas en abril del 2020 a 70 mil un año después.
Según los datos oficiales,
5 de cada 100 hogares en México reciben remesas. La dependencia de las remesas varía por entidad federativa: en 2017, las principales entidades receptoras fueron Michoacán (10.9%), Oaxaca (9.6%), Zacatecas (9.4%) y Guerrero (9.2%).
Los datos del trabajo
Impacto del boom en las remesas en México, con perspectiva de economía del cuidado y de género con información de la ENIGH 2018 señalan que el boom de
las remesas se distribuye entre los cinco tipos de hogares –nuclear (padres con hijos), nuclear (solo padres), monoparental (solo un padre o una madre e hijos), unipersonal y extendido (nuclear más personas con o sin parentesco)–,
pero los hogares monoparentales y las familias extendidas son las que reciben la mayor proporción de remesas, 32.9 y 37.5%, respectivamente; los primeros porque tal vez el padre o la madre está en Estados Unidos y las segundas porque son familias con situaciones económicas precarias, y en una casa habitan varias familias o personas de escasos recursos que comparten gastos.
Tan solo con estos datos surge una pregunta: ¿Cómo impacta la política de Trump 2.0 en el bienestar de las familias mexicanas y de los migrantes en tránsito por el territorio nacional? ¿Qué implicaciones económicas y sociales habrá en las familias en los estados que se han beneficiado de las remesas y que por la política actual antiinmigrante podrían ver reducida la captación de recursos económicos?
¿La política antiinmigrante de Trump 2.0 tomó en cuenta el impacto fiscal en Estados Unidos de los inmigrantes indocumentados que quiere deportar? Veamos algunos datos para responder a la última pregunta.
APORTACIÓN DE LOS MIGRANTES AL FISCO ESTADOUNIDENSE
De acuerdo con el
Instituto de Política Fiscal y Económica (ITEP, por sus siglas en inglés), los inmigrantes indocumentados pagaron 96.7 mmd en impuestos federales, estatales y locales en 2022 (59 mil 400 millones para el gobierno federal y 37, 300 millones para los gobiernos, estatales y locales).
Los inmigrantes indocumentados pagaron impuestos federales, estatales y locales de 8,889 por persona en 2022. En otras palabras,
por cada millón de inmigrantes indocumentados que residen en Estados Unidos, los servicios públicos reciben 8.9 mmd en ingresos fiscales adicionales.
Más de un tercio de los dólares de los impuestos pagados por los inmigrantes indocumentados se destinan a los impuestos sobre la nómina dedicados a financiar programas a los que estos trabajadores tienen prohibido acceder. Los inmigrantes indocumentados pagaron 25.7 mmd en impuestos del Seguro Social, 6.4 mmd en impuestos de Medicare y 1.8 mmd en impuestos del seguro de desempleo en 2022.
A nivel estatal y local, poco menos de la mitad (46% o 15.1mmd) de los pagos de impuestos realizados por inmigrantes indocumentados son a través de impuestos sobre las ventas y el consumo que gravan sus compras.
Seis estados recaudaron más de mil millones de dólares cada uno en ingresos fiscales de inmigrantes indocumentados que viven dentro de sus fronteras. Esos estados son California (8.500 mmd), Texas (4.900 mmd), Nueva York (3.100 mmd), Florida (1.800 mmd), Illinois (1.500 mmd) y Nueva Jersey (1.300 mmd).
En una gran mayoría de estados (40), los inmigrantes indocumentados pagan tasas impositivas estatales y locales más altas que el 1% de los hogares más ricos que viven dentro de sus fronteras.
PREGUNTAS ¿Y LAS RESPUESTAS?
Sumado a las crónicas, entrevistas o reseñas que se hacen de la situación de los inmigrantes ilegales y legales, o con características mixtas, la sociedad tiene la responsabilidad de entender los números en su contexto para responder preguntas como:
¿Entraron ilegalmente por causas ambientales o económicas o políticas o de guerra o humanitarias o de todas estas en conjunto?, es decir, ¿qué se les negó en su país? ¿A qué se exponen en el país al que pretenden llegar? ¿Cómo debe llamársele al compatriota que aporta a la economía de su país fuera de su país?
¿Cómo se le debe llamar al migrante perseguido que contribuye con impuestos federales, estatales y locales al gobierno del país que le persigue?