La dinámica de los mercados financieros ha sido sensible a los titulares sobre la política arancelaria de la nueva administración de Estados Unidos, las expectativas para las trayectorias de las tasas de interés en diferentes regiones y la evolución en el frente geopolítico.
El riesgo arancelario a nivel global ha inducido mayor volatilidad en todas las clases de activos financieros después de que Trump acordó aranceles para China de 10% y para México y Canadá de 25% que entrarán en vigor a inicios de marzo. De forma paralela, pactó tarifas de 25% para acero y aluminio a partir del 12 de marzo.
Adicionalmente, firmó un acuerdo para implementar aranceles recíprocos que tomarán en cuenta el IVA y otras barreras a los productos estadounidenses en el exterior. Sin embargo, dejó la puerta abierta para negociar con cada país de acuerdo con su situación particular. Esto generó cierto optimismo en los mercados, pero las ganancias generadas fueron rápidamente diluidas por la nueva ronda de amenazas arancelarias. Las últimas incluyen tarifas a las importaciones de automóviles, chips y medicamentos de 25% que podrían entrar en vigor el 2 de abril.
En el frente monetario, la mayoría de los bancos centrales continúan sus ciclos de bajas, aunque a ritmos diferentes. El mercado refleja un mayor espacio de recortes para lo que resta del 2025 por parte del ECB vs el Fed. Para el primero, la curva descuenta recortes de 75pb, lo que equivale a tres ajustes de -25pb con el siguiente materializándose en la reunión de marzo. Para el segundo, la curva incorpora una baja de 37pb, es decir, un ajuste de -25pb en la junta de septiembre y una probabilidad menor al 50% para un ajuste similar en diciembre. Las acciones de los bancos centrales dependerán de la evolución de la inflación y la economía.
Respecto al panorama geopolítico ha destacado la determinación de los diplomáticos de Estados Unidos y Rusia por mejorar sus relaciones y poner fin a la guerra en Ucrania. Sin embargo, la incertidumbre persiste ya que el presidente de Ucrania no ha estado involucrado en dichas conversaciones por lo que señaló que su país no aceptará el acuerdo si Kiev no participa.
Bajo esta coyuntura y en el balance anual, el dólar se ha debilitado 2.0% después de operar en máximos no vistos desde finales de 2022 durante enero. En este sentido, el desempeño de las divisas desarrolladas y emergentes ha sido mayormente positivo. Al interior de cada grupo, el yen japonés (+5.1%) y el real brasileño (+8.3%) han liderado las ganancias. En tanto, el peso mexicano ha avanzado 2.6% y se mantiene cotizando por debajo de 20.50 por dólar.
Los bonos soberanos locales han ganado 50pb; sin embargo, el balance de los Treasuries registra pocos cambios vs el cierre de 2024. Esto también se refleja en una menor prima por riesgo mexicana que, a aproximada por el diferencial entre Bonos M y Treasuries de 10 años, actualmente opera en 530pb desde 585pb en diciembre. El balance de las bolsas norteamericanas es positivo, incluso con el S&P 500 en máximos históricos.
En commodities, los futuros de crudo han recuperado terreno a medida que la referencia europea, Brent (+2.3%), opera por arriba de 76 dólares por barril. En tanto, el cobre y el aluminio han repuntado 8.0% y 5.5%. Finalmente, el oro se ha beneficiado del sentimiento de mayor aversión al riesgo. Con ello, el metal precioso ha ganado 13%, que lo han llevado a alcanzar niveles récord de 2,940 dólares por onza troy.