El rol de la mujer puede ser percibido como una tendencia, sin embargo es algo que se ha abordado a través de la historia universal. En civilizaciones antiguas la mujer era considerada el mayor referente. Así fue en el antiguo Egipto, con los Celtas en Europa y los Mosuo en China, entre muchas más culturas. Sin embargo, por motivos políticos, económicos, religiosos y sociales, el rol cambió y es hasta épocas recientes que se visiviliza su participación y aportación a la sociedad. Recordemos que el voto de la mujer fue reconocido en Nueva Zelanda en 1893 y en México más de medio siglo después, en 1953.
Ya en esta época y en el sector financiero, el estudio sobre la Participación de mujeres en el sector financiero en México de
Mujeres en Finanzas señala que las mujeres representan aproximadamente el 48% de los empleados en el sector financiero del país, una cifra que se acerca a la equidad en términos de porcentaje de empleo en esta rama; sin embargo, los datos disminuyen en niveles jerárquicos más altos, con solo el 25% ocupando posiciones de vicepresidencia o superiores.
En cuanto a salarios, un estudio del
Gobierno de México muestra una disparidad salarial en el sector financiero en el que por cada peso que perciben los hombres, las mujeres reciben en promedio 56 centavos. La brecha se amplía en puestos de niveles gerenciales donde la proporción disminuye a 40 centavos por peso.
Por su parte, el
Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) reveló que solo el 13% de los puestos en los consejos de administración de 209 empresas mexicanas son ocupados por mujeres. Además, únicamente una empresa cotizada en bolsa cuenta con un consejo de administración paritario, y solo nueve superan el 30% de participación femenina en sus consejos.
En un contexto internacional, las mujeres que ocupan cargos directivos es mayor, pero aún así no ES representativa aún. Según el
Global Gender Equality Report 2025, las mujeres ocupan el 7% de los cargos de consejeras en las organizaciones y el 9% de las presidencias de consejos de administración en empresas que cotizan; específicamente en mujeres en puestos directivos en finanzas, se encuentra en el 16%.
La diversidad de género en las organizaciones no solo es una cuestión de equidad, también ha sido demostrado que impacta positivamente en la rentabilidad, la innovación y la sostenibilidad de las empresas. Un estudio de
McKinsey & Company
reveló que las empresas con mayor diversidad de género en sus equipos ejecutivos tienen 25% más de probabilidades de obtener una rentabilidad superior en comparación con aquellas con menor diversidad. Así mismo, un informe de
Boston Consulting Group
encontró que las empresas con una mayor diversidad de género en la alta dirección son 19% más innovadoras en términos de ingresos por producto.
Existen otros retos para nosotras las mujeres en términos profesionales, entre esos mencionaré el equilibrio entre la vida laboral y personal, recordando que las mujeres usualmente se enfrentan a la «doble jornada» de equilibrar responsabilidades laborales y del hogar, lo que puede afectar la posibilidad de asumir roles que requieran de mayor tiempo de inversión.
IMPORTANCIA DEL ROL DE LA MUJER EN LAS FINANZAS
Por mucho tiempo, la presencia de mujeres en el sector financiero ha sido medida en términos de estadísticas y cifras, hablamos en muchas ocasiones sobre el incremento en la participación laboral de las mujeres o el número de mujeres en puestos de liderazgo, pero ¿realmente hemos superado la visión de que las mujeres en finanzas solo aportan en roles analíticos o de soporte? La realidad es que, más allá de los números, las mujeres han demostrado una capacidad sobresaliente en estrategia, liderazgo y gestión del cambio, habilidades esenciales para el crecimiento del sector financiero y de las organizaciones en general.
Aunque el interés de ejercer el liderazgo en puestos de dirección son similares entre hombres y mujeres, las mujeres enfrentan barreras adicionales para acceder a puestos directivos debido a percepciones sociales y culturales arraigadas que asocian el liderazgo financiero con características masculinas. No obstante, existen estudios que han demostrado que las mujeres líderes suelen priorizar la sostenibilidad, la inclusión y la ética en sus estrategias, cuestiones que
contribuyen a mejorar el desempeño empresarial.