Los mercados financieros concluyeron febrero con un sentimiento de aversión al riesgo y pérdidas en la mayoría de los activos. Los temores de que los bancos centrales incrementarán aún más las tasas de interés se agudizaron después de que la inflación en varias latitudes sorprendiera negativamente al mercado.
En particular, la inflación anual de la Eurozona se desaceleró ligeramente en febrero a 8.5% desde un previo de 8.6%, pero superó las expectativas del consenso de 8.3%. Más importante aún: el componente subyacente alcanzó niveles récord de 5.6% desde 5.3%. En tanto, las métricas de España, Francia y Alemania no se desaceleraron y se ubicaron por arriba de lo esperado en 6.1% vs. 5.8%, 6.2% vs. 6.1% y 8.7% vs. 8.5%, en el mismo orden. De igual forma, el indicador de inflación favorito del Fed, el deflactor PCE, avanzó de forma inesperada en enero a 5.4% desde 5.0%.
En este sentido, los datos muestran que el enfriamiento en los precios ha sido mucho más lento de lo anticipado. Vale la pena señalar que las expectativas de una rápida recuperación económica en China y la continuidad del conflicto bélico en Ucrania son factores que podrían presionar aún más los precios, incluyendo a los energéticos.
Respecto al primero, la economía del país asiático ha repuntado con fuerza tras concluir su estricta política de cero-COVID. La actividad manufacturera registró su mejor desempeño en más de una década, consolidándose en terreno de expansión. Este impulso también ha mejorado las expectativas de una mayor demanda de petróleo. Con ello, el Brent —la referencia de crudo europea— regresó a cotizar en 85 dólares por barril desde su punto más bajo en febrero de 80. Respecto al segundo, la guerra entre Rusia y Ucrania —que provocó una fuerte disrupción en las cadenas de suministro— se ha prolongado por mucho más tiempo, superando la marca de un año. Hasta ahora, la probabilidad de que el conflicto concluya en el corto plazo es casi nula.
En este contexto, los formadores de política monetaria han sido más vocales sobre su compromiso de combatir la inflación y continuar con las alzas en las tasas de interés. Con ello, las expectativas extraídas de los instrumentos de renta fija prevén que las tasas terminales serán mucho más altas. Para el ECB se espera una tasa terminal de 4.00% desde 3.50% a inicios de febrero. Mientras que para el Fed anticipan incrementos de 25pb en marzo, mayo y junio. Además, se debate un alza de igual magnitud en julio (probabilidad de 50%), llevando a los Fed funds por arriba de 5.25%-5.50% desde 4.75%-5.00% un par de semanas atrás.
A nivel local, el mercado espera que Banxico concluya el ciclo restrictivo con una tasa entre 11.75% y 12.00% desde un previo de 11.00%. Siguiendo el reacomodo de las expectativas, los rendimientos de los bonos soberanos de corto plazo alcanzaron nuevos máximos multianuales. Por ejemplo, la referencia de 2 años en EE. UU. se ubicó en máximos de 15 años en 4.90%, mientras que la de Alemania operó en niveles no vistos desde el 2008 de 3.20%. A nivel local, el Bono M Dic’24 cotizó en máximos históricos de 11.12%.
En el balance mensual, los rendimientos de las bolsas fueron negativos y el dólar se fortaleció, mientras que las divisas desarrolladas y emergentes registraron pérdidas generalizadas de hasta 7.2%. Las únicas positivas fueron MXN (+1.6%) y PEN (+1.5%). Además, el peso inició marzo perforando las resistencias de 18.30 y 18.16, alcanzando su mejor nivel intradía desde 2018 de 18.07 por dólar (+7.6% YTD).