El Indicador IMEF Manufacturero plantea que el crecimiento está siendo menos dinámico, por lo que la actividad de la industria manufacturera ha perdido fuerza en los últimos dos meses y la expansión es marginal. Por su parte, el Indicador IMEF No Manufacturero refleja que, si bien el sector de servicios y comercio continúa en zona de expansión, acumulando 22 meses consecutivos en esta zona, el ritmo de crecimiento ha registrado una leve moderación en los últimos dos meses.
Ambos indicadores se han mantenido en terreno expansivo durante 34 y 27 meses respectivamente, lo que es congruente con un continuo crecimiento en los sectores de servicios y comercio, y con los resultados del PIB en los últimos dos años. El dato del Indicador No Manufacturero apunta que el sector servicios y de comercio continúan liderando el dinamismo de la economía.
LA COYUNTURA
La actividad económica siguió mostrando un buen dinamismo, al tiempo que el mercado laboral se mantuvo fuerte. En el tercer trimestre del año, el PIB creció a una tasa trimestral de 1.1% y una anual de 3.3%, lo que implica un aumento acumulado de enero a septiembre de 3.4% con cifras ajustadas por estacionalidad. Este crecimiento es sustancialmente mayor al promedio de 1.9% del mismo lapso entre 2005 y 2019, antes de la pandemia.
Por el lado de la oferta, el crecimiento del tercer trimestre fue reflejo del buen desempeño, tanto de las actividades secundarias como de las terciarias. Las primeras presentaron un avance trimestral de 1.3% y las segundas de 0.9%.
Por el lado de la demanda, la resiliencia se asocia con el buen comportamiento del gasto interno. Por una parte, el consumo mantuvo una tendencia alcista que permitió establecer nuevos máximos durante varios meses de 2023.
Respecto a la inversión fija bruta hubo un aumento significativo, principalmente por los sustanciales incrementos en el gasto en maquinaria y equipo de origen importado y, en mayor medida, por la construcción residencial.
En cuanto a la demanda externa, las exportaciones manufacturas están creciendo 4.4% al tercer trimestre, lo que permitió que México se convirtiera en el principal proveedor de mercancías de Estados Unidos desde febrero.
Hacia adelante, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) prevé que la economía se expandirá 2.5% en 2024 y 2.0% en 2025, después de crecer 3.4% en 2023. Según el organismo, el consumo estará respaldado por un mercado laboral sólido. Al tiempo que, la inversión estará apoyada por proyectos de infraestructura pública, que se espera finalicen en 2024, y por la llegada de industrias manufactureras a México por la relocalización. Por el contrario, el dinamismo de las exportaciones se verá mitigado por un crecimiento más moderado en Estados Unidos.
Ante esta coyuntura, el proceso desinflacionario continuó avanzando de forma gradual. La inflación anual presentó un ligero rebote de la segunda quincena de octubre a la primera de noviembre, de 4.25% a 4.32%. Mientras que, por el contrario, la subyacente ha presentado una trayectoria sostenida a la baja, al disminuir a lo largo de las últimas 19 quincenas, lo que le permitió pasar de 8.46% a 5.31%. Este resultado se explica principalmente por el buen desempeño de la inflación de las mercancías, ya que la de servicios continúa presentando una elevada persistencia.
Si bien, el Banco de México ha mantenido la tasa de interés de referencia en un nivel de 11.25% desde marzo, en el comunicado de prensa de noviembre realizó un cambio importante en su guía prospectiva, la cual pasó de señalar que será necesario mantener la tasa de referencia en su nivel actual durante un periodo prolongado a que será necesario mantener la tasa de referencia en su nivel actual por cierto tiempo. Ello abre la puerta a la posibilidad de que se realice un recorte tan pronto como en el primer trimestre del próximo año.
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