La destrucción se fue acumulando al menos con estas 10 acciones:
1. Capricho personal. La cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) fue capricho personal que impidió tener un aeropuerto moderno, funcional con capacidad para ser un gran hub.
2. Proyecto Inviable. La Construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) es un proyecto anti funcional, caro y obsoleto desde el primer día de su inauguración. En diciembre de 2022 sumaron 60 operaciones por día, la mitad de las 120 planeadas por el gobierno federal tras la reducción de operaciones del AICM (de 61 a 52) desde el 31 de octubre.
3. Degradación internacional. Pérdida de la categoría 1 en seguridad aérea, sin que la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) haya podido reestablecerla en casi dos años. La principal implicación de esta degradación es que no se pueden autorizar nuevas rutas internacionales.
4. Falta de personal capacitado. Deficiencias y déficit de controladores aéreos: falta de recursos para vigilancia de los radares, equipos no actualizados, carencia de capacitación y que desde hace ya casi dos años está pendiente la contratación de 500 controladores por parte de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam). La crisis de los controladores representa un gran riesgo de seguridad.
5. Deterioro de infraestructura. El creciente deterioro de las terminales 1 y 2 del AICM así como de sus pistas es evidente: suciedad por dondequiera, baños sin agua y descompuestos, hundimientos, pasillos improvisados, pésimo servicio en las bandas, etcétera. Se ha convertido en un aeropuerto anti funcional debido a una mala administración militar y a que lo han estrangulado financieramente; por ejemplo, los ingresos del TUA se desvían a otros fines. Insisten en que el AICM está sobresaturado. No es así.
6. Decisiones autoritarias. El decreto emanado de una decisión autoritaria y caprichosa para obligar el traslado de la carga al AIFA sin la debida infraestructura y facilidades de logística.
7. Cabotaje como moneda de cambio. La amenaza del Presidente de que si las líneas aéreas no bajan sus tarifas, se autorizará el cabotaje. Contrario a lo que cree AMLO, el cabotaje no promueve la competencia ni precios bajos. A las líneas extranjeras solo les interesarían las rutas rentables. Ello podría llevar a la dominancia de las grandes aerolíneas foráneas, llevando a un sistema monopólico caro para el consumidor. Cabe señalar que la idea de aprobar la entrada de aerolíneas extranjeras para operar vuelos domésticos surgió para apoyar el desempeño del AIFA que, como se mencionó, no ha cumplido con su principal objetivo de construcción: desaturar al AICM.
8. Falta de certidumbre para los negocios. La ineficiencia, carencias y la categoría 2 impiden que las compañías tomen decisiones estratégicas que al final benefician al consumidor. Por ejemplo, desde hace tiempo VivaAerobús ha querido cerrar una alianza comercial con la estadunidense Allegiant, pero no puede avanzar.
9. Negocio cuestionable. El disparate, por decirlo suavemente, de crear una aerolínea manejada por el Ejército, como todo proyecto de la 4T, es una nueva oportunidad para quemar dinero público.
10. Regulación inoperante. La quiebra de Interjet y Aeromar se dio principalmente por falta de supervisión y fallas en la regulación de la autoridad. Era previsible y no actuaron. No se trata de salvar a las compañías con dinero público, pero sí de prevenir una situación en ciernes que afecta a trabajadores y al consumidor, sobre todo si Aeromar volaba rutas regionales que ninguna otra compañía cubre.
Definitivamente es prioritario poner orden en este sector ya que no se trata de un tema político, sino de seguridad, incluso de soberanía.