El cierre del 2023 estuvo caracterizado por un excesivo optimismo por parte de los inversionistas del mercado. La clave fue la señal del Fed de que ya no subiría más su tasa en un escenario de ‘aterrizaje suave’ y sorpresas positivas en los reportes de inflación. En consecuencia, las expectativas de que la Reserva Federal realizaría recortes récord en las tasas de interés para 2024 se consolidaron, apostando por un ajuste de -25pb tan pronto como en marzo.
Esta convicción se reflejó en ganancias en toda clase de activos, mientras que el posicionamiento neto en el IMM del dólar se turnó de largo a corto. En este sentido, los principales índices accionarios alcanzaron máximos históricos, destacando el crecimiento anual de 24% del S&P500, el mejor año del Nasdaq 100 desde 1999 y niveles prácticamente récord en el IPC de la BMV de 57,386pts (+18.4%).
Los bonos soberanos borraron todas las pérdidas para cerrar con pocos cambios e incluso las tasas a 10 años tanto en EE. UU. como en México finalizaron, contra todo pronóstico, por debajo de los niveles clave de 4.00% y 9.00%, respectivamente. El peso mexicano se posicionó como una de las divisas más fuertes entre sus pares emergentes al ganar 14.9% a 16.97 por dólar, equivalente a su mayor apreciación anual desde que se tiene registro (1954). En
commodities, el oro sobresalió por su uso como activo de refugio tras el conflicto entre Hamás e Israel, manteniéndose arriba de 2,000 US$/oz t en la recta final del año. Sin embargo, los energéticos fueron de los pocos activos que finalizaron en terreno negativo.
Los inversionistas dieron la bienvenida al 2024 de manera cautelosa al moderar el desbordado optimismo. Tras cifras económicas mixtas en Estados Unidos y comentarios de los miembros del Fed que han mantenido un tono restrictivo, el mercado se cuestiona si las recientes ganancias fueron exageradas en un contexto donde el inicio del ciclo de recortes podría tardar más de lo previsto. Las apuestas de un primer recorte en marzo disminuyeron a 50% desde 100% en diciembre, mientras que los recortes totales para 2024 pasaron a -142pb desde -160pb.
En este sentido, el dólar recuperó terreno desde mínimos de seis meses, con los índices BBDXY y DXY regresando a cotizar por arriba del PM de 100 días al avanzar 2.3% y 2.5%, respectivamente, en lo que va de enero. Con ello, todas las divisas retrocedieron, observando las mayores pérdidas en el yen japonés (-4.8%) y el peso colombiano (-4.3%).
El peso mexicano mostró un inicio de operación más volátil al oscilar entre 16.79 y 17.39, estabilizándose en el PM de 50 días de 17.17 por dólar, equivalente a una pérdida de 1.3% en el mes. Los bonos soberanos corrigieron parte de las ganancias, llevando al rendimiento del Treasury de 10 años a cotizar cerca de su PM de 50 días de 4.18%. Las tasas locales se mantienen muy sensibles y correlacionadas a las condiciones financieras y monetarias de EE. UU. por lo que también ajustaron al alza. En particular, los Bonos M marcaron pérdidas 20pb, en promedio.
A lo largo del 2024, el desempeño de los activos será definido por el momento y ritmo de los ciclos de recortes de los principales bancos centrales relativo a las expectativas, así como por la evolución de los factores geopolíticos incluyendo las tensiones en Medio Oriente, la guerra en Ucrania y la plétora de elecciones presidenciales y/o parlamentarias en el mundo destacando las de Estados Unidos en noviembre y México en julio.