La energía es la base del desarrollo. Existe una correlación directa entre el nivel de vida y el consumo energético: los países con mayor consumo de energía tienen también los ingresos más altos. Así mismo es condición sine qua non para mitigar la pobreza y la desigualdad. Sin energía no hay forma alguna de que los más necesitados prosperen, por lo tanto, los condenamos a una economía de subsistencia.
En México, por nuestra historia y también por su importancia, la energía se volvió un tema político, principalmente en petróleo y gas, pero en épocas recientes esta visión permeó al sector eléctrico, por lo tanto, la propuesta para el sector energético considera está característica y plantea acciones puntuales para crear una mejor infraestructura, disminuir la dependencia externa y generar empleos locales.
PROPUESTAS
1. Tener una meta de al menos 15 días de almacenamiento de gas natural y gasolina, además de disminuir las importaciones de gas del 72 al 50%. Actualmente contamos con tan sólo tres días de almacenamiento, lo que nos coloca en una posición muy peligrosa y con grandes vaivenes. El objetivo es incrementar tres días de almacenamiento por cada año del sexenio.
El vórtex polar en Texas en 2021 tuvo un costo de 3 mil millones de dólares por pagar precios altísimos por el gas. Si hubiésemos contado con una reserva de varios días no nos hubiese afectado. Nuestra generación eléctrica está basada en gas, más del 55%. Si no disponemos de este insumo nos quedamos a oscuras y la actividad económica se paraliza. La energía eléctrica, por otro lado, no es fácil de almacenar de forma económica. Recordemos que al no tener bienes sustitutos, la electricidad es altamente inelástica, así que la forma de evitar picos que afectan a toda la población es evitar sobresaltos.
Con esta medida fortaleceríamos a la industria petrolera, daríamos estabilidad a los precios de la electricidad, incrementaríamos nuestra producción, disminuiríamos los flujos de divisas al exterior y generaríamos importantes fuentes de empleo local.
2. Contar con normas de eficiencia energética más estrictas para automóviles y camiones. El transporte consume la mayor parte en nuestra matriz energética y es el principal emisor de CO2, duplicando el que causa la generación eléctrica.
Mucho se ha mencionado la necesidad de mejorar el transporte público, pero siendo realistas las ganancias que se pueden obtener son escasas y de muy largo plazo, por lo que establecer normas de eficiencia a los vehículos de combustión interna es lo que tendrá impacto inmediato.
La electromovilidad está a décadas de distancia y no contamos, ni de cerca, con la infraestructura eléctrica para dar servicio. Por ejemplo, abastecer con carga rápida al 30% de los automóviles que circulan diariamente en la autopista México-Querétaro requiere de más de 2,500 cargadores que demandarán una infraestructura similar a la de dar servicio a 600 edificios de 10 pisos con aire acondicionado. Por ello la forma más efectiva de mejorar nuestra huella de carbono es exigir eficiencia en los equipos de combustión interna.
3. Incrementar la red de gaseoductos en 1,500 kilómetros por año. Actualmente contamos con 16,000 kilómetros de gaseoductos; en comparación, Estados Unidos tiene 500,000 kilómetros cuando su economía es sólo es 14 veces la de México. Con esta propuesta, al final del sexenio tendríamos alrededor de 25,000 kilómetros, una cifra baja aún, pero bastante mejor que la actual.
Los gasoductos permiten que no se creen concentraciones industriales y poblacionales tan grandes en pocos puntos, además impulsan focos de desarrollo por donde pasan los ductos los cuales contribuyen al crecimiento.
4. Crecer en 8,000 kilómetros por año el sistema de transmisión y en 20,000 kilómetros el de distribución.
La falta de inversión, más acuciante en transmisión, está causando serios problemas para satisfacer la demanda de nuestro crecimiento, situación que podría empeorar si se considera el efecto del nearshoring.
Con el crecimiento que proponemos llegaríamos a 150,000 kilómetros en transmisión y poco menos de 1 millón de kilómetros en distribución. Sirva de comparación que España tiene una demanda punta de 43 GW vs. 53 GW en México y tiene la misma distancia de líneas de transmisión, pero España es tan sólo el 25 % de nuestra superficie.
5. Cogeneración eficiente para autoconsumo sin exportación a la red. La eficiencia de los mejores ciclos combinados no llega al 65%. El máximo teórico de una celda fotovoltaica es 32%. La cogeneración eficiente rebasa el 85%. Es por ello por lo que debe promoverse.
Datos de SENER indican que la capacidad de cogeneración en la industria sin inyección a la red es de 8,000 MW. Esto es más que la capacidad eólica actual y dado que su proceso es continuo aportaría más energía que todos los fotovoltaicos y eólicos actuales. Adicionalmente disminuirá tangiblemente la emisión de CO2, ya que actualmente se consume electricidad y calor en forma independiente.
Si aumentamos la posibilidad de convertir los rellenos sanitarios en fuentes de generación, esta cifra aumentaría, además de evitar la emisión de gases de efecto invernadero causados por la descomposición en estos sitios.
6. Dotar a todas las poblaciones de más de 100 habitantes de servicio eléctrico al final del sexenio. Nada cambia tanto la vida como la energía eléctrica. Hay más de 150,000 poblados entre 1 y 500 habitantes que requieren contar con un sistema capaz de manejar motores, tornos, refrigeradores. Estos poblados deben contar con energía eléctrica para cumplir las necesidades de la vida cotidiana y desarrollar actividades productivas
Debemos de ser claros en la definición de electrificación: no es un panel fotovoltaico y unas cuántas baterías. La petición de la gente es: “Denos luz, pero de la buena”. Es decir, potencia.
7. Desarrollar una verdadera y profunda política industrial de compras nacionales en el sector. Durante décadas la Comisión Federal de Electricidad y Luz y Fuerza promovieron las compras nacionales, lo que permitió crear una industria altamente competitiva y exportadora —más de 40 mil millones al año— que da empleo a más de 125,000 personas. En el sector petrolero, por desgracia no fue así.
Se propone que la CFE cuente con el presupuesto necesario para reforzar y mejorar el sistema de transmisión. También que las compras no sean necesariamente nacionales, sino que se liciten, en vez de hacerse por adjudicación directa. Los tratados de libre comercio tienen flexibilidad y debemos aprovecharlos. Hacerlo fomentaría el
nearshoring.
POR UN ENFOQUE DE CRECIMIENTO Y DESARROLLO
Las inversiones serán cuantiosas y mejorarán sustancialmente el desempeño de nuestra economía. Además, y muy importante, su implementación creará un México más inclusivo donde las oportunidades de desarrollo se multiplicarán y disminuirán sustancialmente los rezagos históricos. Las medidas propuestas tienen un enfoque de crecimiento y desarrollo económico sin ningún enfoque ideológico. La magnitud del proyecto permite que todos los sectores participen.
Este artículo se presenta en la Ponencia IMEF 2023: Visión IMEF 2024-2030, un documento con una serie de propuestas enmarcadas en 15 áreas temáticas, elaborado por expertos de diversas materias con el objetivo de contribuir a identificar, estudiar, analizar y, sobre todo, proponer desde un análisis técnico, soluciones viables a problemáticas específicas del país, todo ello en un momento coyuntural como es la antesala del proceso electoral 2024 por el cual se elegirán al próximo Presidente de la República y 20 mil cargos públicos.
Este artículo y las más de 90 propuestas en las 15 áreas temáticas del documento las puede consultar en:
Visión IMEF 2024-2030