No es de llamar la atención que dos candidatos coincidan nuevamente en la contienda presidencial de EE. UU., lo que hay que destacar, sin embargo, es la edad con la que estos dos personajes llegan al proceso electoral, lo que refleja la confianza que, al menos en la clase política, se les da a estos candidatos. Por otro lado, tanto el actual presidente Biden, como el virtual candidato Trump tuvieron ya la ocasión de mostrar ante el pueblo estadounidense lo que son capaces (y lo que no) de hacer.
Así pues, las próximas elecciones estadounidenses presentan un panorama político complejo y muy cargado, configurado en gran medida por las políticas de inmigración y la retórica de estos dos candidatos. Mención especial merecen la orden ejecutiva del Presidente Joe Biden sobre los solicitantes de asilo y el persistente discurso antiinmigración del ex Presidente Donald Trump, elementos clave que sin duda influirán en el sentimiento de los votantes y en la dinámica política.
La orden ejecutiva del Presidente Biden sobre los solicitantes de asilo –anunciada 4 de junio en respuesta al creciente flujo migratorio– conlleva importantes implicaciones políticas a medida que se acercan las elecciones. Esta orden se considera un movimiento estratégico para demostrar el compromiso de Biden con el control de las fronteras destinado a apaciguar a los votantes preocupados por la inmigración, y que tradicionalmente votan por el opositor Partido Republicano.
Esta medida ha suscitado reacciones encontradas en todo el espectro político. Desde el lado republicano, la orden es criticada por insuficiente y percibida como una estratagema de año electoral para ganar favor político. Por otro lado, algunos demócratas y grupos de defensa, como la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), expresan su preocupación por su impacto en los solicitantes de asilo y los posibles desafíos legales a los que puede enfrentarse. En el contexto electoral, si la orden se percibe como excesivamente restrictiva, podría perjudicar la posición política de Biden entre los votantes hispanos, un grupo demográfico crucial en las próximas elecciones.
El tema migratorio podría tensar la ya compleja relación bilateral, especialmente si disminuye la cooperación de México para aceptar a los ciudadanos deportados.
El escenario derivado de la orden ejecutiva del Presidente Biden podría provocar más tensiones y posibles crisis humanitarias en la frontera que podrían exacerbar las violaciones y abusos de los derechos humanos.
En lo que a nuestro país respecta, esta orden podría aumentar las tensiones, especialmente si México percibe las restricciones como excesivamente estrictas o inadecuadas para proporcionar protección a los migrantes. Esto podría tensar la ya compleja relación bilateral, especialmente si disminuye la cooperación de México para aceptar a los ciudadanos deportados. Este escenario podría reducir la eficacia de la orden, provocando más tensiones y posibles crisis humanitarias en la frontera que podrían exacerbar las violaciones y abusos de los derechos humanos.
Del otro lado del espectro político, la retórica antiinmigración de Donald Trump sigue siendo un aspecto significativo de su campaña presidencial, configurando el panorama político e influyendo en el comportamiento de los votantes. El uso que hace Trump de peyorativos y construcciones metafóricas en su discurso ha polarizado (nuevamente) al electorado, reforzando prejuicios profundamente arraigados que enmarcan a los inmigrantes como amenazas para la nación.
Como presidente, las políticas de Trump tuvieron impactos significativos en las familias y comunidades inmigrantes, incluida la separación de los niños de sus padres y la deportación de los beneficiarios de DACA. Además, el discurso de Trump con tonos racistas ha afectado también a otras minorías como los grupos afroamericanos o musulmanes. A pesar de todo esto, no se espera que Trump suavice su tono ante una eventual nominación del Partido Republicano para la candidatura a la presidencia, al contrario, personalmente considero que Trump se siente empoderado por tantos desafíos que ha tenido que enfrentar y en lo que menos pensará será en modificar un estilo que en su momento, y contrario a todos los pronósticos, ya le hizo ganar la presidencia en una ocasión.
A medida que se acercan las elecciones en Estados Unidos, los enfoques opuestos de Biden y Trump determinarán, sin duda, el comportamiento de los votantes e influirán en el resultado de las elecciones, reflejando los debates sociales más amplios sobre la inmigración y la identidad nacional en aquel país y un velo de incertidumbre sobre el curso que seguirá la relación con México.