¿El segundo mandato de Trump será igual de riesgoso para México que el primero?

Se podría pensar que Trump, al igual que en su primer mandato, seguirá la guerra comercial con China y México seguirá beneficiándose de esto. Sin embargo, el déficit comercial que Estados Unidos tiene con México ha subido y esto afecta directamente a la creación de empleo del sector manufacturero de Estados Unidos. Con esto, México podría ser el foco de atención de Trump en su segundo mandato.
Por Gabriela Siller Pagaza
El año de 1994 fue el último en registro en que Estados Unidos tuvo un superávit comercial con México. Para 2004, tras 10 años del TLCAN, el déficit comercial con México era 6.90% del déficit total de Estados Unidos y en 2014 era 7.45%. En 2019, último año del TLCAN, México explicó 11.75% del déficit comercial estadounidense, nuevo máximo hasta ese momento.

En un claro contraste, el déficit comercial de Estados Unidos con Canadá pasó de explicar 9.27% del total en 1994 a 3.05% del total en 2019. Esto implica que Canadá se ha integrado comercialmente con Estados Unidos, mientras que México solo ha incrementado sus exportaciones hacia Estados Unidos, pero no ha logrado una verdadera integración comercial.

Esta falta de integración entre Estados Unidos y México se debe, en parte, a un tercero en discordia: China.

En la década de 1990, China se convirtió en el motor manufacturero del mundo y la demanda estadounidense por productos chinos para consumo creció de forma sostenida. Así, el déficit comercial de Estados Unidos explicado por China subió de 10.32% del total en 1990 a 49.27% en 2015. Con la guerra comercial, el déficit de Estados Unidos con China disminuyó hasta alcanzar 24.90% en este año.

Esta disminución del déficit con China implicó que Estados Unidos elevó sus compras desde otros países, principalmente de socios comerciales clave como México. Esto hizo que México se convirtiera en octubre del 2023, en el principal país de origen de importaciones de Estados Unidos.

Desde México esto ha sido visto como un éxito en materia económica. Sin embargo, la ecuación está incompleta, pues a pesar del crecimiento de las exportaciones de México a Estados Unidos, no se ha observado un crecimiento de igual ritmo de las importaciones provenientes de Estados Unidos.

Entre los primeros 8 meses del 2016 y del 2024, las exportaciones a Estados Unidos crecieron 72.44%, mientras que las importaciones desde ese país solo crecieron 45.10%. Con esto, la proporción que representan las importaciones desde Estados Unidos bajaron de 46.38% del total de las importaciones totales de México en 2016, a 40.54% del total en 2024, proporción mínima en registro.

Esto se reflejó en la ampliación del déficit comercial de Estados Unidos con México, desde 8.60% del déficit total estadounidense en 2016 a 14.37% en 2024. Es decir, la participación de México en el déficit estadounidense ha crecido casi 70% desde que Trump fue electo para su primer periodo presidencial. Esto representa un verdadero riesgo para México en el segundo mandato de Trump, pues Trump no buscaba simplemente sustituir a China de la ecuación, sino lograr un mejor balance de comercio. Con esto, México es ahora más vulnerable que en 2016.

Por si fuera poco, México ha comprado más a China. Entre 2016 y 2024, las importaciones desde China subieron de representar 17.96% del total de las importaciones hechas por México a 20.32% del total, un nuevo máximo histórico. Esto es, la proporción que representan ahora las importaciones de México que provienen desde Estados Unidos están en un mínimo en registro, mientras que la proporción de las importaciones desde China están en un máximo en registro.

Esto contrasta fuertemente con el camino que ha seguido Canadá, pues las importaciones desde Estados Unidos se han mantenido relativamente estables, alrededor de 50.38% en el mismo periodo.

Es incongruente que México, el principal socio comercial de Estados Unidos, haya estrechado su relación comercial con China al incrementar las importaciones desde ese país y disminuido las importaciones desde Estados Unidos.
En Estados Unidos y Canadá están preocupados por las reformas constitucionales que se han aprobado en México, en específico las del Poder Judicial, de supremacía constitucional y la reforma para eliminar organismos autónomos de regulación en materia de competencia y de transparencia.
El año de 1994 fue el último en registro en que Estados Unidos tuvo un superávit comercial con México. Para 2004, tras 10 años del TLCAN, el déficit comercial con México era 6.90% del déficit total de Estados Unidos y en 2014 era 7.45%. En 2019, último año del TLCAN, México explicó 11.75% del déficit comercial estadounidense, nuevo máximo hasta ese momento.

En un claro contraste, el déficit comercial de Estados Unidos con Canadá pasó de explicar 9.27% del total en 1994 a 3.05% del total en 2019. Esto implica que Canadá se ha integrado comercialmente con Estados Unidos, mientras que México solo ha incrementado sus exportaciones hacia Estados Unidos, pero no ha logrado una verdadera integración comercial.

Esta falta de integración entre Estados Unidos y México se debe, en parte, a un tercero en discordia: China.

En la década de 1990, China se convirtió en el motor manufacturero del mundo y la demanda estadounidense por productos chinos para consumo creció de forma sostenida. Así, el déficit comercial de Estados Unidos explicado por China subió de 10.32% del total en 1990 a 49.27% en 2015. Con la guerra comercial, el déficit de Estados Unidos con China disminuyó hasta alcanzar 24.90% en este año.

Esta disminución del déficit con China implicó que Estados Unidos elevó sus compras desde otros países, principalmente de socios comerciales clave como México. Esto hizo que México se convirtiera en octubre del 2023, en el principal país de origen de importaciones de Estados Unidos.

Desde México esto ha sido visto como un éxito en materia económica. Sin embargo, la ecuación está incompleta, pues a pesar del crecimiento de las exportaciones de México a Estados Unidos, no se ha observado un crecimiento de igual ritmo de las importaciones provenientes de Estados Unidos.

Entre los primeros 8 meses del 2016 y del 2024, las exportaciones a Estados Unidos crecieron 72.44%, mientras que las importaciones desde ese país solo crecieron 45.10%. Con esto, la proporción que representan las importaciones desde Estados Unidos bajaron de 46.38% del total de las importaciones totales de México en 2016, a 40.54% del total en 2024, proporción mínima en registro.

Esto se reflejó en la ampliación del déficit comercial de Estados Unidos con México, desde 8.60% del déficit total estadounidense en 2016 a 14.37% en 2024. Es decir, la participación de México en el déficit estadounidense ha crecido casi 70% desde que Trump fue electo para su primer periodo presidencial. Esto representa un verdadero riesgo para México en el segundo mandato de Trump, pues Trump no buscaba simplemente sustituir a China de la ecuación, sino lograr un mejor balance de comercio. Con esto, México es ahora más vulnerable que en 2016.

Por si fuera poco, México ha comprado más a China. Entre 2016 y 2024, las importaciones desde China subieron de representar 17.96% del total de las importaciones hechas por México a 20.32% del total, un nuevo máximo histórico. Esto es, la proporción que representan ahora las importaciones de México que provienen desde Estados Unidos están en un mínimo en registro, mientras que la proporción de las importaciones desde China están en un máximo en registro.

Esto contrasta fuertemente con el camino que ha seguido Canadá, pues las importaciones desde Estados Unidos se han mantenido relativamente estables, alrededor de 50.38% en el mismo periodo.

* Directora de Análisis Económico en Grupo Financiero BASE y profesora de Economía del Tec de Monterrey. Estudió la licenciatura en economía en la Universidad Autónoma de Nuevo León y la maestría y doctorado en finanzas en el EGADE del Tec de Monterrey. Colabora regularmente con medios de comunicación especializados. En 2018 y 2020 fue nombrada por Forbes como una de las 100 mujeres más poderosas de México.
Linkedin: Gabriela Siller Pagaza
email: gsiller@bancobase.com

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