En ese sentido se puede plantear que el problema de México tiene tres aristas: crecimiento en la demanda, rezago (sobre todo en transmisión y distribución) y cambio climático que ha generado las altas temperaturas y abundantes sequías actuales.
CRECIMIENTO EN LA DEMANDA
De acuerdo con el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN) sobre Demanda y Consumo 2023-2017, el consumo neto nacional del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) en 2022 fue de 333,662 GWh, lo que representó un aumento del 3.4% en comparación con el año anterior.
En el periodo 2023-2037, el consumo neto de energía eléctrica en México se incrementará a una tasa promedio anual del 2.5% en un escenario base; lo que significa que para 2037, el consumo será de aproximadamente 479 mil 987 GWh, 44% más que el observado en 2022, según un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Según el SEN, los sectores en los que se espera un mayor incremento en consumo son la empresa mediana, gran industria y agrícola, con tasas de crecimiento del 3.0%, 2.8% y 2.8% en el corto plazo, respectivamente.
También a partir de datos del IMCO se estima que el 36.7% de los hogares mexicanos viven en pobreza energética, es decir, no tienen suficiente energía para mejorar en su vida o no tienen energía en absoluto, lo que representa un elemento importante a considerar, porque no solo se trata de garantizar la energía a quienes hoy la tienen, sino de darla a quienes carecen de ella.
REZAGO
Entre 2015 y 2022, la Sener instruyó a CFE Transmisión y CFE Distribución — subsidiarias de la CFE— a la construcción de 318 proyectos de infraestructura eléctrica para la ampliación y modernización de la Red Nacional de Transmisión (RNT) y las Redes Generales de Distribución (RGD) del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM): 192 proyectos de transmisión y 126 proyectos de distribución. Sin embargo,
al cierre de 2022 solo se había concretado la construcción de 30 proyectos (9.4% del total), 9 de transmisión y 21 de distribución.
A pesar de la importancia de las redes de transmisión para la transición energética, entre 2020 y 2022 la longitud de las líneas de transmisión se incrementó solo 0.17% (188 km): pasó de 110 mil 497 km en 2020 a 110 mil 685 km en 2022. Esta situación ha sido constante desde la reforma al sector en 2013/14. De acuerdo con el
IMCO, en el fondo, las obras no necesariamente reflejan las prioridades de los planes de negocio de las subsidiarias de transmisión y distribución.
De acuerdo con Guillermo García Alcocer, ex comisionado presidente de la Comisión Reguladora de Energía, un sistema sólido de transmisión permite mover energía de una región a otra y subsanar déficits con superávit de energía, pero la falta de inversión en redes y en generación dificulta la operación del sistema. Apunta que, si bien CFE ha invertido en el desarrollo de centrales de ciclo combinado, aún no están en operación y su incorporación podría extenderse hasta los próximos dos años y hasta tres años si es que el reforzamiento de redes iniciara hoy.
Desarrollar infraestructura que cubra las necesidades no es la única tarea, también es importante dar mantenimiento a las líneas de distribución, ya que de nada servirá generar más energía sin líneas idóneas de distribución. Se debe tener en cuenta que una parte de la energía que se inyecta desde las centrales de generación se pierde y no llega al cliente final. Diversos estudios indican que el promedio de pérdidas del sistema eléctrico está en el rango de 2% en alta tensión, 4% en media tensión y 8% en baja tensión.