La referencia clásica dentro del análisis económico acerca del impacto e implicaciones de regímenes populistas en América Latina sobre la economía es el libro publicado en 1991 por los profesores Rudiger Dornbusch y Sebastian Edwards bajo el título de
The Macroeconomics of Populism in Latin America. Señalaron que la característica autodestructiva del populismo es evidente con la fuerte caída que ocasiona en el ingreso per cápita de la población.
A partir de estos autores, hemos aprendido que los ciclos del populismo comienzan con brindar apoyos a los ingresos de las clases más necesitadas a través del gasto público. Lo instrumentan a partir de programas sociales que en realidad son un instrumento para captar bases clientelares. Esa necesidad se hace cada vez más creciente, causando mayores deterioros fiscales y distorsiones en rubros de gasto. Por ello la disciplina fiscal pasa a un segundo plano, ya que supuestamente se considera que el bienestar de la población es más importante que finanzas públicas sanas o prestar atención a la inflación que ineludiblemente se genera.
Esta aparente “luna de miel” planta la semilla de su propia destrucción, pues las políticas macroeconómicas que sustentan ese ciclo se tornan insostenibles. La economía termina hundida en una crisis de déficit fiscales insostenibles, expansiones crediticias sin límite e inflación galopante. Las ganancias del ingreso per cápita se desvanecen y se incrementan los niveles de pobreza.
Así, las políticas macroeconómicas que sustentan la lógica del populismo se vuelven insostenibles y eventualmente terminan por infligir un daño político que puede terminar con el régimen, ya sea en forma pacífica o bien en la forma de un golpe de estado. El caso más evidente, que una y otra vez ha caído en este ciclo en los últimos 100 años, es Argentina. Pero esta historia no sólo se ha vivido en economías latinoamericanas, ha sido una constante del efecto económico del populismo en varias partes del mundo.
UN ESTUDIO NOVEDOSO
Han transcurrido 32 años de ese estudio pionero de Dornbusch y Edwards, y ahora
un trabajo reciente de Funke, Schularick y Trebesch (FST), tres economistas del Instituto para la Economía Mundial de Kiel, titulado
Populist leaders and the Economy, próximo a publicarse en el American Economic Review, ofrece una exhaustiva evidencia a lo largo de la historia, plantea un marco más completo e interdisciplinario que el de Dornbusch y Edwards.
El artículo de FST examina con rigor las características y consecuencias económicas del populismo. Su trabajo no tiene precedentes, pues construyen una gran base de datos de largo plazo (1900 a 2020) de varios países para identificar episodios macroeconómicos de populismo. Para la clasificación e identificación de populistas, los autores establecen una definición de populismo (FST, página 2):
Es un estilo político centrado en una lucha del pueblo contra el establishment.
Los populistas colocan la narrativa de pueblo contra élites
en el centro de su agenda política y luego afirman ser el único representante del pueblo.
Dicen representar a la verdadera gente común
contra las élites
pueblo deshonestas, separando así a la sociedad en dos grupos antagónicos. Los populistas suelen describir al pueblo
como una mayoría sufriente, inherentemente buena, virtuosa, auténtica, ordinaria y común, cuya voluntad colectiva la encarna el líder populista. Por el contrario, la élite
es una minoría innatamente corrupta, egoísta y acaparadora de poder, que supuestamente saquea al país a expensas del pueblo. Es una oligarquía
definida como todos aquellos que no son el pueblo.
Utilizaron entonces esta definición de consenso moderno y la aplicaron a lo largo de 120 años de historia. Ellos llaman su método de codificación como un enfoque de “gran literatura” (big literature approach). Para ello digitalizaron 770 libros y artículos sobre populismo provenientes de todas las ciencias sociales que resultaron en más de 20,000 páginas de casos de estudio sobre políticos populistas. La metodología les permite la búsqueda a través de la base para identificar líderes y episodios de populismo. Clasificaron a 1,500 líderes en el mundo para identificar a 51 líderes populistas entre el periodo ya mencionado de su base que es 1900 y 2020.
La gráfica siguiente extraída de su trabajo (página 14), presenta los episodios y líderes populistas en su muestra de 120 países. Están identificados los de izquierda y los de derecha. Por ejemplo, Argentina y Ecuador son los países en esta muestra que más episodios de populismo han vivido. Para México identifican a tres líderes: Lázaro Cárdenas, Luis Echeverría y López Obrador. La gráfica es un mosaico interesante donde queda de manifiesto que prácticamente el número de populismos se divide por igual entre los de izquierda y los de derecha.