AGUA A LA BAJA, SEQUIA A LA ALZA
En años de sequía, la producción de maíz en grano resulta muy afectada, ya que el 61.5% de la producción se da en los meses de noviembre, diciembre y enero del año siguiente, considerando el año agrícola. Tanto las tierras de temporal como las de riego dependen de la cantidad de lluvia en el año; sin embargo, en años de sequía el uso del agua de las presas se intensifica y desafortunadamente las fuentes de alimentación de dicha infraestructura no la restituyen a la velocidad requerida.
Al comparar las cifras de los ciclos otoño-invierno para los años agrícolas 2024 y 2023, recordando que abarcan 18 meses, se puede constatar que la superficie total sembrada en México se redujo 35.6% a nivel nacional, resultado de que en 28 entidades se contrajo esta variable. Resaltan las contracciones en Chihuahua (86.4%), Tamaulipas (67.6%), Jalisco (55.4%), Durango (45.3%), Tabasco (42.5%), Estado de México (40.7%), Sinaloa (38.3%) y Zacatecas (36.2). Sobresale el hecho de que la superficie sembrada en Michoacán creció 4.9%.
En términos de participación en la superficie total sembrada, las contracciones que más afectarán la producción agrícola de este ciclo son las observadas en Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Nayarit (18.9%) y Chiapas (8.4%) que en conjunto suman 58.5% de la superficie total sembrada.
Las precipitaciones pluviales en 2023 fueron escasas y los niveles de sequía desde extrema a severa, no habían sido registrados desde 2011. Desafortunadamente, los pronósticos de precipitaciones para el mes de mayo de 2024, reportados el día 5 de marzo del mismo año, indican precipitaciones menores respecto a 2023 para 17 entidades de la república mexicana.
Por otra parte, la mayor parte de la producción agrícola en México se concentra en pocos estados que en su mayoría reportaron al 5 de marzo de 2024 niveles almacenamiento muy bajos respecto a su capacidad total.
El 58.4% del valor de la producción agrícola se concentra en siete estados y 49.0% del valor de producción agropecuaria. Solamente Michoacán y Veracruz cuentan con niveles aceptables de reservas de agua en sus presas. Resulta alarmante que en Sinaloa y Sonora los niveles de almacenamiento están en un nivel crítico y en Jalisco se puede considerar que el nivel de las presas será insuficiente dada la importancia de la producción ganadera y pecuaria. Chihuahua y Guanajuato también presentan niveles alarmantemente bajos en sus presas.
ACCIONES PARA EVITAR UN FUTURO CATASTRÓFICO
Se puede esperar que en 2024 el nivel de precios de los productos agropecuarios se mantenga en una tendencia estable o creciente, ya que posiblemente la oferta interna de estos productos se contraiga, debido a la escasez de agua. Muy posiblemente el nivel de precios de los productos alimenticios procesados también se eleve, al igual que el de otros productos industriales que son intensivos en el uso de agua.
Ante este panorama, de no establecerse una política de racionamiento del vital líquido a nivel de todos sectores productivos y en el uso y consumo de la población, el panorama se vislumbra catastrófico.