En enero el IGAE mostró una contracción mensual de 0.63%, siendo la mayor caída desde mayo del 2020, acumulando además cuatro meses consecutivos de contracciones mensuales, algo que no ocurría desde el periodo junio-septiembre de 2021. Al interior, las actividades primarias mostraron una contracción mensual de 12.91% en enero y las actividades terciarias se contrajeron 0.51% mensual, con caídas en el comercio al por mayor (-2.30%), comercio al por menor (-0.50%), servicios de esparcimiento (-5.66%), alojamiento temporal y preparación de alimentos (-3.66%), que son subsectores clave de comercio y servicios.
Solamente las actividades secundarias crecieron 0.35% mensual, aunque luego de caer dos meses consecutivos (en noviembre y diciembre), por lo que se trata de un efecto rebote y, a pesar de esto, se mantuvo 1.38% por debajo de octubre de 2023. Destaca que el crecimiento de las actividades secundarias estuvo impulsado por la manufactura, que creció 0.23% mensual, también debido a un efecto rebote luego de caer 2.29% los tres meses previos, mientras que la construcción creció 2.22% mensual.
Por su parte, el sector de servicios básicos se contrajo 0.79% mensual, acumulando cinco meses consecutivos de contracción, algo que no ocurría desde la recesión por la pandemia de Covid-19, cuando cayeron durante seis meses consecutivos entre septiembre de 2020 y febrero de 2021.
Desde el enfoque del gasto también hay señales de debilidad. El consumo mostró un retroceso mensual de 0.60% en enero, siendo la mayor contracción mensual desde febrero de 2023 (-1.17%) así como el mayor retroceso para un mes igual desde 2017 (-1.46%). En su comparación anual, el consumo privado registró un crecimiento de 1.90%, desacelerándose fuertemente desde el crecimiento de 5.50% en diciembre.
Por su parte, la inversión fija bruta muestra un estancamiento, avanzando 0.14% mensual en enero. De hecho, desde agosto de 2023 hasta enero de 2024 (comparación punto a punto), la inversión fija acumula una contracción de 1.63%. Finalmente, las exportaciones (medidas en dólares) mostraron una contracción de 1.05% trimestral durante el cuarto trimestre de 2023 y en enero se contrajeron 2.53% mensual. En febrero las exportaciones mostraron una recuperación al crecer 4.24% mensual, pero esto se debió principalmente al componente automotriz que creció 7.93% mensual.
Históricamente, desde 1980, el PIB ha crecido en promedio 2.92% en años de elecciones presidenciales, frente a un promedio de 2.72% en el resto de los años.
No todo es negativo, pues el indicador adelantado del sistema de indicadores cíclicos de INEGI proyecta una recuperación para los siguientes meses. Asumiendo un efecto rebote del IGAE, con un crecimiento mensual de 0.6% en febrero y de 0.4% en marzo, el PIB mostraría una contracción trimestral de 0.4% durante el primer trimestre que, de confirmarse, sería la primera caída trimestral desde el tercer trimestre de 2021.
Para que se observara un crecimiento trimestral positivo del PIB en el primer trimestre, sería necesario que el IGAE creciera al menos 0.90% mensual en febrero y marzo, algo que es históricamente inusual. La última vez que la actividad económica creció más de 0.90% mensual ocurrió en marzo de 2021 y antes de eso entre junio y octubre de 2020, todos por una recuperación tras el impacto inicial de la pandemia. Históricamente en 372 observaciones de crecimiento mensual del IGAE (desde 1993), solamente en 46 meses (o 12.4% del total) se registró un crecimiento mensual igual o mayor a 0.90% y solo en 28 de estos 46 meses (7.5% del total), el crecimiento no estuvo relacionado a un periodo de recuperación tras una recesión.
El desempeño negativo de la actividad económica al comienzo del año es preocupante, pues normalmente al tratarse de año electoral en México debería observarse un mayor dinamismo. Históricamente, desde 1980, el PIB ha crecido en promedio 2.92% en años de elecciones presidenciales, frente a un promedio de 2.72% en el resto de los años.
Destaca que el deterioro de la actividad económica ocurra al comienzo del año, pues en los 7 años de elecciones presidenciales anteriores (desde 1982), la expansión se concentró en el primer semestre, con el PIB creciendo a una tasa trimestral promedio de 0.72% y desacelerándose a una tasa trimestral promedio de 0.16% en el segundo semestre. De estos 7 años de elecciones presidenciales previas, solo en una (1988) se observó un crecimiento trimestral promedio más elevado en la segunda mitad del año.