ADEMÁS DE LA CANASTA ALIMENTARIA
El salario no es el único reto que enfrentan las personas para lograr la felicidad que todos anhelamos, pero para quienes están a nivel de subsistencia, sí. Otros factores que inciden en la felicidad de las personas, además de la riqueza, son las relaciones humanas, los niveles de confianza mutua, el contacto con la naturaleza, la vida social, las actividades comunitarias y el sentido del propósito de vida. Pero, ¿cómo tener esos factores si el resto de las condiciones de pobreza también se les presentan?
El rezago educativo es del orden de 19% (24.4 millones de personas); la carencia de acceso a servicios de salud de 35.7% (28.2); la falta de acceso a la seguridad social de 52.0% (66.0) —este es un tema esencial para contar con fondos de INFONAVIT y RETIRO, además de atención médica de calidad—; la no disponibilidad de espacio y calidad de vivienda de 9.3% (11.8); la carencia de servicios básicos de vivienda de 17.9% (22.7); y el acceso a la alimentación nutritiva de 22.5% (28.6), este aspecto es de capital importancia.
Ahora bien, los cambios en pobreza laboral suben y bajan. En la gráfica 1 podemos ver que el promedio es de 38.9% (línea roja) y que hay unos puntos de inflexión: en 2005 en el gobierno de Vicente Fox cuando inicia la medición; en 2008 con la crisis de la deuda en Estados Unidos; en 2014 con la reforma eléctrica; en 2020 con la pandemia y sin apoyos al salario. Con el aumento al salario mínimo en las empresas y gobierno se ve una mejoría, indica que en el empleo está la clave. Tomando en cuenta estos puntos podríamos preguntarnos ¿cuál es el medio para impulsar la reducción de la pobreza?
Para conocer la respuesta, por favor tome en cuenta la metodología expuesta sobre
Evaluación del Desempeño de los Programas Públicos descrita en el libro sobre
Productividad para la Competitividad publicado por el IMEF, la cual mide no sólo el gasto incurrido, sino el efecto financiero del impacto causado por los programas, incluido el valor en pesos virtuales, del beneficio recibido.
Gráfica 1
Una información adicional para formarnos el juicio de la importancia del crecimiento económico, de relevancia intrínseca, es la correlación inversa de -23.1% entre crecimiento del PIB y disminución de la línea de pobreza salarial, tal como se refleja en la gráfica 2.
Gráfica 2
Al ver que la mejoría de la distribución del ingreso 0.026, es decir 2.6 puntos porcentuales por los salarios y, que el crecimiento del PIB tiene correlación con la diminución de la pobreza de ingresos, es de considerarse aceptar que, los programas de gobierno que fomenten la inversión y ocasionen creación generalizada de empleo, son programas sociales.
La metodología de la Evaluación del Desempeño de los Programas Públicos que hace la Auditoría Superior de la Federación para reportar al Congreso y a la SHCP cuáles programas públicos tienen un mayor efecto multiplicador de la inversión y del gasto en beneficio de la población, se hace para asignarles mayor presupuesto, por el éxito obtenido. Ahora miden los programas de educación, salud, alimentación y vivienda, pero con la evidencia del impacto en el empleo por el crecimiento económico, deberían incluir en su evaluación a los programas de fomento a la inversión, energía e infraestructura y otros pilares que han sido descritos en la
Visión IMEF 2024-2030, para potenciar los programas presupuestales de los gobiernos que entienden el servicio a la comunidad al cual están obligados.