El Indicador IMEF Manufacturero de septiembre disminuyó (-) 0.7 puntos respecto al mes de agosto, situándose en 51.5 unidades, por lo que, si bien el ritmo de expansión bajó, el sector manufacturero continúa expandiéndose. La serie tendencia-ciclo aumentó 0.1 puntos (en 51.4), y el Indicador ajustado por tamaño de empresa lo hizo en 1.2 puntos para ubicarse en 52.7 unidades. De acuerdo con el Indicador, la actividad de la industria manufacturera se ha recuperado con fuerza, acumulando ya cuatro meses consecutivos en zona de expansión.
El Indicador IMEF No Manufacturero aumentó 0.9 puntos, cerrando en 53.3 unidades. El sector de servicios y comercio continúa en zona de expansión, acumulando así 20 meses consecutivos en esta zona. La serie tendencia-ciclo aumentó 0.2 puntos (52.6 unidades), y el indicador ajustado por tamaño de empresa se incrementó 1.7 puntos (54.1 unidades).
Ambos indicadores se han mantenido en terreno expansivo durante 32 y 25 meses respectivamente, lo que es congruente con un continuo crecimiento en los sectores de servicios y comercio, y con los resultados del PIB. El dato del Indicador No Manufacturero apunta que el sector servicios y de comercio continúan liderando el dinamismo de la economía.
EL CONTEXTO
El dinamismo económico que se ha observado ha sido resultado de múltiples tendencias. Por parte del entorno externo, la actividad productiva en Estados Unidos ha mostrado resiliencia, registrando tasas de crecimiento superiores a 2%, en contraste con la recesión que se anticipaba para este año. En adición a lo anterior, la participación de las exportaciones mexicanas en el mercado estadounidense ha aumentado considerablemente.
Por el lado del entorno doméstico, el mercado laboral de nuestro país ha registrado una fuerte dinámica, con generación de empleo y un crecimiento elevado de los salarios en términos reales. La fortaleza del mercado laboral se ha reflejado en un comportamiento robusto del consumo doméstico. Este también ha estado apoyado por el crecimiento del crédito del sistema bancario, así como por la expansión de las remesas.
El otro componente de la demanda privada doméstica, la inversión, en el primer semestre de 2023 creció a su tasa más elevada en lo que va del siglo (aumentando 18% frente al primer semestre de 2022), impulsada por un aumento en las adquisiciones de maquinaria y equipo por parte de las empresas del país.
Por el lado del gasto público, sobresale el fuerte incremento de la inversión pública (con una expansión de 16% en el primer semestre) resultado del intento por concluir diversas obras públicas antes de las elecciones de 2024.
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