En los últimos días, el conflicto entre Rusia y Ucrania –que inició en febrero de 2022– se ha agravado en todos los frentes a medida que las fuerzas rusas intensificaron sus bombardeos y ambas partes buscan fortalecer sus posiciones.
El presidente Vladimir Putin incluso firmó un decreto que permite a Rusia disparar armas nucleares en respuesta a un ataque convencional masivo pocos días después de la decisión de Joe Biden de permitir a Ucrania realizar ataques con mísiles entregados por su país.
De acuerdo con titulares de prensa, las embajadas de varias naciones europeas y la de EE.UU. cerraron sus operaciones en Kiev en previsión de un posible ataque aéreo al tiempo que se anunciaba una alerta de mísiles en varias regiones, incluida esta ciudad.
Putin también ha señalado que está abierto a negociar un posible alto al fuego en Ucrania con el presidente electo de EE. UU., Donald Trump. Sin embargo, varios países de la OTAN mencionaron que su evaluación sigue siendo que el presidente ruso no está listo para conversaciones serias o hacer concesiones ya que su enfoque sigue siendo expandir sus avances en territorio ucraniano.
Vale la pena señalar que Trump ha prometido poner fin a la guerra rápidamente, aunque sin decir cómo. Algunos escenarios que se evalúan son un fuerte recorte de la ayuda norteamericana a Ucrania o aumentar el apoyo a Kiev para presionar a Rusia a que llegue a un acuerdo.
Esta situación detonó mayor incertidumbre en los mercados financieros por lo que el sentimiento de aversión al riesgo predominó en las sesiones. El índice VIX, también conocido como “el indicador de miedo de Wall Street”, repuntó desde mínimos de cuatro meses al mismo tiempo que los inversionistas recalibraban sus portafolios ponderando aquellos activos considerados como de refugio valor.
En particular, el oro revirtió su tendencia bajista de las últimas tres semanas dirigida por la victoria de Trump, operando por arriba de los 2,650 US$/oz t. Este metal ha ganado 4.0% en los últimos días impulsado por una mayor demanda y las expectativas de recortes adicionales en las tasas de interés estadounidenses. Estos factores lo impulsaron a máximos históricos de 2,787 US$/oz t antes de las elecciones norteamericanas.
El dólar también se vio beneficiado de la coyuntura a medida que el índice BBDXY se mantiene cerca de máximos no vistos desde finales de 2022, acumulando una ganancia de 6.3% en lo que va de noviembre.De igual forma, otras divisas como el franco suizo y el yen japonés se mantuvieron defensivas al avanzar 1.0% en los últimos 5 días. Adicionalmente, los Treasuries registraron un ligero respiro, sobre todo aquellos de mayor duración tras una mayor demanda.
Por otra parte, el sector energético fue impulsado por una mayor prima de riesgo, mientras los inversionistas incrementaron la demanda por coberturas de precios más altos. Las principales referencias de crudo han repuntado 4.5% en los últimos días. Además, los márgenes de los productos refinados sobre el crudo subieron a máximos de varios meses, con el indicador norteamericano de convertir crudo en gasolina y diésel alcanzando su nivel más alto desde agosto.
Por último, entre los activos afectados negativamente está todo el espectro de divisas emergentes, con pérdidas de hasta 3.6% en europeas. En Latinoamérica, el peso mexicano es la más débil al cotizar en la zona de 20.40 por dólar que equivale a una depreciación de 1.9% desde el cierre de octubre. Mientras que el peso chileno, el sol peruano y el real brasileño caen 1.2%, 0.5% y 0.4%, en el mismo orden. El peso colombiano se desfasó de sus pares con una apreciación de 0.7%, al ser Colombia una economía relativamente cerrada.
La situación entre Rusia y Ucrania detonó mayor incertidumbre en los mercados financieros por lo que el sentimiento de aversión al riesgo predominó en las sesiones. El índice VIX, también conocido como “el indicador de miedo de Wall Street”, repuntó desde mínimos de cuatro meses al mismo tiempo que los inversionistas recalibraban sus portafolios ponderando aquellos activos considerados como de refugio valor.
El sector energético fue impulsado por una mayor prima de riesgo, mientras los inversionistas incrementaron la demanda por coberturas de precios más altos. Las principales referencias de crudo han repuntado 4.5% en los últimos días