Nuestra encuesta de abril muestra una continua desaceleración adicional de la economía, tal como lo anticipábamos el mes pasado. La expectativa de crecimiento del PIB para 2025 es de sólo 0.2% contra 0.6% en marzo. Más aún,
nueve encuestados calculan crecimiento negativo para el año comparado con cuatro en marzo. Solamente dos encuestados esperan un crecimiento de 1% o más.
Tal como lo reportamos en marzo, aproximadamente la mitad del monto que exporta México a Estados Unidos paga aranceles a su entrada a ese país, desde la cerveza hasta los autos. Si bien la orden ejecutiva americana que determina los aranceles a la importación de autos prevé un acreditamiento de las partes hechas en Estados Unidos, tal sistema no se ha implementado y seguramente demorará varias semanas más. Aproximadamente 10% de los vehículos fabricados en México para exportación a Estados Unidos, no cumplen con el contenido regional pactado en el TMEC y son sujetos a aranceles de 52.5%. Tal situación ha llevado a algunas plantas a anunciar suspensión de actividades de manera temporal.
Nuestro Indicador IMEF confirmaba una contracción económica en su edición de abril. De continuar esta situación,
no sería sorprendente que en los próximos meses se confirme una recesión en nuestro país, sobre todo si ya hay especulación que la economía de Estados Unidos difícilmente crecerá este año e inclusive pudiera entrar en una fase recesiva.
El entorno descrito anteriormente nos lleva a un
deterioro en la expectativa de generación de empleo, llegando a 220 mil este mes contra 280 mil empleos esperados en marzo. La expectativa de
inflación es ligeramente menor, llegando a 3.8%, permitiendo que la expectativa de tasa de referencia a fin de año baje a 8%.
El tipo de cambio y el déficit en cuenta corriente se mantienen relativamente estables en 20.90 pesos al dólar y 0.9%, respectivamente para fin de año. Reiteramos que
las variables económicas para 2025 y 2026 que se muestran en las tablas siguientes
pudieran seguir deteriorándose en el ambiente de incertidumbre que estamos atravesando.
Como lo hemos reportado anteriormente,
la desaceleración económica y la atonía en la inversión inició antes de las elecciones en Estados Unidos, particularmente con la expectativa de que la reforma al Poder Judicial se llevaría a cabo y se anunciaran las elecciones de este para junio de este año.
Es comprensible el temor del inversionista ante la incertidumbre de dichas elecciones, sobre todo cuando las prácticas tradicionales de transparencia en las casillas se están dejando de lado en esta elección. Por ejemplo, en esta ocasión las reglas no ordenan la anulación de boletas sobrantes, sino que se empacarán intactas y el conteo de los votos se llevará a cabo en los Consejos Distritales. Los funcionarios de la Mesa Directiva de Casilla Seccional harán un conteo de los votos en urna, pero no es oficial según el acuerdo INE/CG57/2025. Todo esto sin supervisión de la ciudadanía en las casillas.