El anuncio de aranceles es una muy mala noticia para el mundo, pues reconfigura el comercio internacional y provocará afectaciones severas en el crecimiento e inflación en muchas economías, incluyendo Estados Unidos. Para México el anuncio de aranceles recíprocos se tomó como buena noticia, ya que da la oportunidad de ganar participación de mercado de las importaciones de Estados Unidos.
Esto se debe a que los productos de las economías que son sujetas ahora de elevados aranceles, aumentarán de precio eventualmente y perderán competitividad, dejando libre esa parte del mercado. Esto podría ser aprovechado por México, al tener menores aranceles netos con Estados Unidos. Además, México comparte frontera con Estados Unidos, con lo que los tiempos de entrega y costos logísticos son bajos y estables, algo que probó ser de beneficio durante la pandemia.
Sin embargo, el riesgo no ha terminado, pues Trump podría seguir anunciando nuevos aranceles o quitar las exenciones sobre los bienes enviados bajo el TMEC. Hasta ahora, México tiene aranceles del 25% sobre los productos que se exportan a Estados Unidos fuera del TMEC, que representan casi el 50% de las exportaciones mexicanas. También se tiene el arancel adicional de 25% sobre el acero, aluminio y sus manufacturas, así como el recién entrado en vigor arancel de 25% sobre automóviles, camiones ligeros y autopartes.
Este último arancel entró en vigor a primera hora del 3 de abril, un día después del anuncio de aranceles recíprocos. El arancel se aplicó a 41 partidas distintas, que explican el 17.96% de las importaciones totales de Estados Unidos en 2024. Para México, estas partidas incluidas abarcan el 39.33% de las exportaciones mexicanas a Estados Unidos y el 32.65% de las exportaciones totales.
De acuerdo con lo anunciado por la Casa Blanca el 26 de marzo, estará exento el contenido de origen estadounidense, que según la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) es del 40% en promedio. Esto daría un arancel neto del 15% (60% x 25% = 15%).
Sin embargo, como no se puede aislar el componente estadounidense, ya que hay partes del auto que cruzan varias veces la frontera, temporalmente se exentará el contenido regional que debe ser del 75% para el sector automotriz, por lo que el arancel se aplicará sobre el 25% restante, quedando un arancel neto de 6.25% (25% x 25% = 6.25%). Todo esto es de manera teórica, pues hay mucha confusión sobre lo que estará exento y como se aplicará el arancel.
Es importante señalar que, de las exportaciones de México a Estados Unidos de automóviles, camiones ligeros y autopartes que desde hoy tienen arancel del 25%, solamente el 57.13% cumple con las reglas del T-MEC. Esto contrasta fuertemente con las exportaciones de estos mismos productos de Canadá a Estados Unidos, en donde el 89.67% cumple con las reglas del TMEC.
Otro riesgo latente es que Donald Trump podría buscar la renegociación del TMEC, en lugar de solamente hacer una revisión como está programado. Entre los factores que podrían ser clave en la revisión/renegociación del TMEC, está la reforma al Poder Judicial, la desaparición de organismos autónomos y el endurecimiento de las reglas de origen.
Cabe recordar que el 31 de marzo, la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos emitió un reporte en donde se detallan las barreras al comercio que enfrentan los exportadores estadounidenses en México. En el documento se destacan: texto
1) Políticas de importación irregulares, pues se en México se modifican con poco tiempo de notificación, 2) dificultad para proteger la propiedad intelectual, 3) limitantes para que operadores de servicios de pago electrónico puedan operar en el país, 4) preocupación por la reforma de eliminación de organismos autónomos y 5) amplias barreras para que empresas privadas participen en el sector energético. Ese documento puede servir como base a Estados Unidos para la revisión/renegociación del T-MEC.
En este contexto, se sigue esperando que la economía mexicana haya mostrado una contracción en el primer trimestre de 0.7%, que sumarían ya dos al hilo, algo que se conoce como recesión técnica. Para todo 2025 se estima un crecimiento económico bajo un escenario central de 0.0%. Bajo un escenario optimista el crecimiento sería de 0.5% y bajo un escenario pesimista se daría una contracción en el PIB de 1%.
La materialización de los escenarios dependerá de nuevos aranceles que puedan ser anunciados por Trump, del grado de incertidumbre sobre la economía mexicana y la rapidez con la que las empresas pueden cumplir con las reglas del TMEC para quedar exentas del arancel. Sobre este último punto, será importantísima la colaboración del gobierno de México para ayudar a las empresas a cumplir con los acuerdos establecidos en el tratado comercial.
Pero hay un riesgo latente: que Donald Trump podría buscar la renegociación del TMEC, en lugar de solamente hacer una revisión como está programado. Entre los factores que podrían ser clave en la revisión/renegociación del TMEC, está la reforma al Poder Judicial, la desaparición de organismos autónomos y el endurecimiento de las reglas de origen.