En la primera mitad del siglo XVIII surgió la llamada Primera Revolución Industrial donde se gestó un proceso de mecanización que ocasionó mejoras muy significativas en productividad y aumento del PIB) potencial con mucha fuerza.
La Segunda Revolución Industrial tuvo lugar a mediados del siglo XIX. El mundo enfrentó cambios de paradigma muy significativos a través de la electrificación y la producción en masa. Tras ello, fue hasta la década de 1980 cuando la humanidad experimentó otro cambio estructural muy importante. Muchos autores la identifican como la Tercera Revolución Industrial, caracterizada por una mayor automatización en procesos y el uso de computadoras, lo que además vino acompañado de un proceso de globalización.
En la actualidad nos encontramos inmersos en un escenario que Klaus Schwab, fundador y director Gerente del Foro Económico Mundial, acuñó en 2016 como la Cuarta Revolución Industrial, un paradigma que considera un ecosistema donde coexiste, de manera integral, la innovación generada en la revolución previa.
En pleno 2024 no podemos pensar en nuestros patrones de consumo, formas de conducir los negocios y relaciones interpersonales sin el uso cotidiano de la tecnología que ha emergido durante la última revolución, la cual viene de la mano de otros paradigmas estructurales como cambios demográficos y en la urbanización.
Esta situación también ha resultado en una utilización más frecuente de las innovaciones tecnológicas, así como en un adelantamiento en la incepción, crecimiento, avance y evolución de la inteligencia artificial, el cual traerá consigo otros cambios estructurales de suma relevancia.
EL EFECTO DE LA TECNOLOGÍA EN LA ECONOMÍA
El avance de la tecnología ha sido tan rápido en las últimas décadas que requerirá de un proceso de adaptación y una mayor agilidad de todos los agentes económicos. Esta reflexión nos lleva a un punto en el que debemos analizar las oportunidades y desafíos en muchos frentes, no obstante me concentro en el enfoque económico.
Dentro de la teoría económica existe evidencia del efecto positivo de la innovación tecnológica sobre el crecimiento de la producción; se concentra en el efecto que ha tenido la tecnología para explicar las ganancias en productividad de los factores de la producción. En particular, en aumentar las habilidades de las personas o hacer un uso más eficiente del capital. En esencia, en producir más bienes y servicios con los mismos o menos recursos.
La revolución tecnológica que estamos experimentando probablemente implicará la apertura de nuevos mercados. Un claro ejemplo ha sido el desarrollo del comercio electrónico a partir del uso de computadoras y los teléfonos inteligentes, que además se combinaron con un proceso de digitalización y cambios en los patrones de consumo. Otros aspectos positivos son la eficiencia en costos, mejoras en procesos e incentivos para mayor innovación.
LA REVOLUCIÓN DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Un punto de inflexión muy importante se materializó a finales de 2022 cuando surgieron ChatGPT y otros sistemas o herramientas como Bard, Jasper y Paradox. Estos programas computacionales han desatado el poder del uso de grandes bases de datos, la programación y la inteligencia artificial generativa.
El uso de estas nuevas herramientas tiene el potencial de cambiar sustancialmente la forma en que podemos crear contenido. Otras ramas de la inteligencia artificial incluyen aprendizaje de máquina, redes neuronales, procesamiento del lenguaje natural, robótica, visión por computadora, lógica difusa y sistemas expertos. Este poder tecnológico tiene la capacidad de generar cambios de los paradigmas que rigen nuestra vida cotidiana.
El metaverso es otro aspecto que debemos considerar hacia delante. Este concepto hace alusión a un ecosistema donde coexisten la realidad física, la realidad virtual y la realidad aumentada. Si bien hoy en día se considera que este ecosistema es muy acotado y de poca escala al estar enfocados sobre todo en temas de juegos y redes sociales, es muy posible que en las próximas décadas tendrá un potencial y uso mucho mayor.
A mi parecer, nos encontramos en un punto crucial en el cual debemos reflexionar profundamente, como agentes económicos que tomamos un sinnúmero de decisiones, si realmente estamos preparados o entendemos los cambios que traerá consigo la Revolución de la Inteligencia Artificial, el uso de datos masivos y el metaverso, entre otras herramientas de gran alcance que apenas alcanzamos a comprender.
Nos encontramos en un punto crucial en el cual debemos reflexionar profundamente, como agentes económicos que tomamos un sinnúmero de decisiones, si realmente estamos preparados o entendemos los cambios que traerá consigo la Revolución de la Inteligencia Artificial.
¿LOS MERCADOS SE HAN POSICIONADO PARA LO QUE VIENE?
Desde el punto de vista de un inversionista o un empresario, considero fundamental preguntarse si contamos con un plan de negocios que sea congruente con dichos cambios o si realmente sabemos cómo se ajustarán y evolucionarán las relaciones con nuestros clientes u otras empresas. Históricamente, evitar este tipo de discusiones ha sido una receta para el fracaso. Entre los ejemplos más conocidos están empresas como Kodak y Blockbuster. Pero existen muchas otras en todos los giros y tamaños.
Desde la óptica de las políticas públicas debemos cuestionarnos sobre temas regulatorios, de seguridad del uso de la información y de los sistemas con los que interactuamos en la vida diaria. También sobre las estrategias necesarias para desarrollar las habilidades o empleos del futuro, atendiendo las necesidades presentes y futuras de la población que pudieran surgir del choque disruptivo que ocasiona este tipo de acontecimientos.
Por último,
debemos encontrar las oportunidades para generar un mayor desarrollo y crecimiento económico, siempre con la mirada puesta en aumentar de manera sostenible el bienestar de toda la población.
CHOQUES DISRUPTIVOS QUE PODRÍAN TRAER CONSIGO IMPORTANTES DESAFÍOS
De acuerdo con un estudio del Fondo Monetario Internacional, algunos de los desafíos provenientes del avance tecnológico vendrían en la forma de un mayor desempleo estructural, debido a la rápida obsolescencia de algunos trabajos y el proceso desigual mediante el cual las personas podrían adquirir nuevas habilidades.
Esto sugiere
replantear cuáles serán las necesidades para los empleos del futuro que permitan mitigar los riesgos de un ensanchamiento de la brecha de pobreza y exacerbar la desigualdad. Es decir, la naturaleza disruptiva de la revolución tecnológica podría ocasionar mayores complicaciones a los agentes económicos que no sean capaces de lidiar con los cambios de una manera rápida y eficiente.
Otros aspectos que no deben considerarse aislados a la esfera económica son las implicaciones sociales y políticas de un cambio tecnológico tan abrupto. En su fase inicial, la democratización de la tecnología siempre ha tenido un componente adaptativo desigual entre clases socioeconómicas.
También son importantes los aspectos relacionados a cambios en las interacciones personales y otros factores psicológicos que podrían moldear de manera muy distinta el comportamiento y desarrollo de la sociedad. Esto también requerirá contemplar aspectos regulatorios que se adapten a la misma velocidad que la innovación tecnológica.
Por último, otros desafíos vendrán de la influencia que puedan tener sobre el medio ambiente. En general,
el cambio tecnológico ha estado asociado claramente con amplios beneficios económicos en el largo plazo. Sin embargo, también con costos en el corto plazo. En consecuencia, es necesario plantear soluciones para mitigarlos.
En conclusión,
el avance tecnológico que hemos experimentado desde la tercera y cuarta revoluciones industriales han traído consigo cambios estructurales muy importantes para la economía, cuyos efectos seguiremos experimentando en los próximos años. Existe una serie de oportunidades que debemos de identificar, pero también varios desafíos que requerirán de una gestión de riesgos mucho más integral, oportuna y eficiente.
En general,
será de gran relevancia la habilidad de todos los agentes económicos para ser más flexibles, ágiles y capaces de entender los cambios ocasionados por la innovación. Desde un punto de vista
darwiniano esta situación sugiere que el éxito o fracaso dependerá de su habilidad para lidiar y adaptarse a dichos cambios.
La Ponencia IMEF 2024: Innovando hacia un México con sostenibilidad se presentó en el marco de la Convención Nacional IMEF en noviembre pasado. La Ponencia se entregará a los actores políticos más relevantes del país, así como a representantes de la academia y del sector privado.
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