La calma regresó a los mercados financieros durante abril. Sin embargo, los inversionistas se mantienen cautelosos por la incertidumbre sobre la recuperación económica tras la turbulencia financiera. En este sentido, el Fondo Monetario Internacional revisó ligeramente a la baja su estimado de crecimiento global para 2023 a 2.8% desde 2.9%. De igual manera, el pronóstico para 2024 disminuyó a 3.1% desde 3.0%.
Sin embargo, el PIB del 2023 para Estados Unidos y México se revisó modestamente al alza a 1.6% (+0.2%) y 1.8% (+0.1%), respectivamente, mientras que el de China se mantuvo sin cambios en 5.2%. Además, la institución espera que la inflación disminuya en aproximadamente el 76% de los países tanto en 2023 como en 2024, aunque estima que se mantendrá por arriba de los objetivos de sus respectivos bancos centrales hasta 2025 en la mayoría de los casos.
Si bien los últimos reportes de inflación en EE. UU. han mostrado una desaceleración importante en la lectura general anual, pasando a 5.0% en marzo desde 6.0% el mes previo, el componente subyacente sigue reflejando que los riesgos persisten, acelerando ligeramente a 5.6% desde 5.5%. Vale la pena señalar que, a inicios de mes, la OPEP y los aliados —liderados por Arabia Saudita y Rusia— anunciaron de forma inesperada un recorte en la producción de 1.66 millones de barriles diarios a partir de mayo y hasta fin de año, sumándose al recorte que ya prevalecía en el mercado de 2 millones de barriles diarios. Esto provocó que los precios de las principales referencias de crudo en EE. UU. y Europa registrarán el mayor repunte diario en los últimos 12 meses de alrededor 7%.
La clara determinación del organismo por mantener los precios altos podría generar mayor presión sobre la inflación, forzando a los bancos centrales a mantener elevadas sus tasas de interés por más tiempo. En tanto, las expectativas para la inflación de 1 año repuntaron de acuerdo con los datos de la Universidad de Michigan a 4.6% desde 3.6% lo que generó que los participantes del mercado empezarán a evaluar otra alza por parte del Fed en junio. Con ello, la curva incorpora dos incrementos de 25pb en las siguientes reuniones con una probabilidad de 90% en mayo y de 25% en junio antes de finalizar el ciclo alcista, llevando el rango de los Fed fund a 5.25%-5.50%. Además, la visión acomodaticia del mercado para la segunda mitad del año ha ido perdiendo fuerza solo incorporando recortes de 50pb.
Bajo esta coyuntura, el dólar ha mantenido una tendencia a la baja y su posicionamiento técnico se ha tornado más neto corto a US$ 10,005 millones desde US$ 5,379 millones un mes atrás, en señal de que el mercado reconoce que los riesgos bancarios se mantendrán contenidos. En tanto, el desempeño de las divisas desarrolladas y emergentes es mixto. En el último grupo, el peso mexicano se mantiene resiliente cotizando alrededor de 18.00 por dólar, posicionándose como la segunda más fuerte con una ganancia de 8.3% en lo que va del año solo detrás del forinto húngaro (+8.9%).
En el mercado de renta fija, los bonos soberanos de menor plazo han diluido gran parte de las ganancias acumuladas en el mes previo por lo que las curvas de rendimientos han regresado a estar más invertidas. En la curva de Treasuries, el diferencial 2/10 se ubica en -62pb aún lejos de los niveles observados antes de la crisis bancaria de -108pb; sin embargo, la curva de Bonos M corrigió rápidamente el sesgo de empinamiento con el diferencial en niveles sin precedentes de -198pb.