En su segundo mandato, se esperaría que Trump implemente una agenda global más ambicioso y agresiva hacia México, la cual podría incluir:
1. Una agenda comercial que cubriría básicamente la revisión o renegociación del Tratado Comercial entre México, EE. UU. y Canadá (TMEC), el creciente déficit comercial de EE. UU. con México y la alegada amenaza a EE. UU. de la participación china en comercio e inversiones en México.
2. Una agenda fronteriza que cubriría la migración ilegal a EE. UU., la deportación de migrantes indocumentados, el tráfico de drogas de México a EE. UU. –particularmente fentanilo y sus precursores–, el combate a los carteles mexicanos de la droga y probablemente las remesas mexicanas, entre otros temas.
La primera revisión del TMEC se llevará a cabo en junio de 2026, y el mismo tratado establece un período de su vigencia a junio del 2036, a menos que cada uno de los tres países miembros confirme que desean continuarlo por un nuevo período de 16 años. En caso de que los tres países no acordasen la extensión, el tratado se revisará anualmente por 10 años, periodo en el cual los tres países pudieran acordar por consenso su extensión.
Durante su campaña presidencial, Trump afirmó que renegociaría el TMEC señalando: “Al asumir el cargo notificaré formalmente a México y a Canadá mi intención de invocar la disposición de renegociación de seis años del T-MEC que introduje”. En referencia a las próxima revisión o renegociación del tratado dijo: «Me voy a divertir mucho».
Trump seguramente utilizará algunas propuestas de modificaciones al TMEC, así como sus amenazas repetitivas de aplicación arbitraria de aranceles a las importaciones procedentes de México para obtener una serie de respuestas a sus peticiones relacionadas con asuntos fronterizos. De hecho ya ha dado señales.
Las señales de sus amenazas se pudieron constatar el 25 de noviembre cuando afirmó que en su primer día en el cargo impondría un arancel del 25 % a todos los productos importados procedentes de México y Canadá, y un arancel adicional del 10 % a los productos de China, alegando preocupaciones sobre la inmigración ilegal y el comercio de drogas ilícitas. También dijo que los aranceles permanecerán en vigor hasta que México y Canadá tomen medidas enérgicas contra las drogas, particularmente el fentanilo, y contra los migrantes que cruzan la frontera ilegalmente.
RECOMENDACIONES PARA LA NEGOCIACIÓN
Con Trump en la Casa Blanca, lo más probable es que antes de iniciar las negociaciones formales para la revisión o renegociación del TMEC, él buscaría obtener buenos resultados en sus peticiones en materia de controles del tráfico de drogas y migración, así como en sus alegatos sobre el déficit comercial de México y la inserción china en la economía mexicana.
México debe asegurar una revisión o renegociación exitosa del TMEC y establecer estrategias para convertirse en el mejor socio de EE. UU. en comercio e inversión, así como continuar facilitando el crecimiento de cadenas de suministro resilientes y aprovechar el nearshoring-friendshoring en México.
De manera conjunta con los diferentes sectores productivos y actores políticos, se recomienda que el equipo de la presidenta Sheinbaum establezca objetivos prioritarios para la negociación, entre otros los siguientes cuatro:
1. Asegurar que la revisión o renegociación del TMEC sea exitosa y con amplios beneficios para la sociedad mexicana. Seguramente se presentarán propuestas de modificaciones al TMEC –y si se llega rápido a acuerdos que beneficien a las partes, mucho mejor–, ya que la incertidumbre no le conviene a México.
Diversos temas que pudiesen ser considerados por EE. UU. y/o Canadá como violatorios del TMEC por parte de México deben ser atendidos diligentemente por el equipo de la doctora Sheinbaum. Entre estos temas estarían la reforma que extingue a los reguladores autónomos como el IFT, COFECE, INAI y la CRE; las limitaciones y restricciones a la participación de empresas privadas en el sector energético; la prohibición del uso y consumo de maíz genéticamente modificado, y la normatividad que prohíbe la minería a cielo abierto.
Además, con referencia a la actual reforma judicial, aprobada y publicada el 15 de septiembre, eventualmente EE. UU. y Canadá pudiesen alegar violaciones de las obligaciones de México para contar con tribunales judiciales imparciales e independientes que garanticen los derechos individuales y aseguren el debido proceso de defensa y el cumplimento de las sentencias emitidas.
2. Demostrar los beneficios y niveles o grados de integración que el TMEC ha traído a las tres economías. De acuerdo con esta integración se debe señalar que no es el déficit comercial de EE. UU. con México el factor relevante a cuestionar o revisar, sino los niveles de valor agregado y contenido de origen americano y canadiense incorporados en las exportaciones e importaciones mexicanas.
Un exitoso caso es el sector automotriz. En una carta enviada al USTR, el American Automotive Policy Council (AAPC) detalla que un modelo desarrollado por ellos –que tiene en cuenta la producción/ensamblaje de vehículos, los volúmenes comerciales de vehículos/piezas y otros factores– estima que en promedio el 50% del contenido de los vehículos fabricados en Canadá se origina en EE. UU. y, en promedio, alrededor del 35% del contenido de todos los vehículos ensamblados en México se origina en EE. UU.
Esto implicaría que, dados estos niveles de contenido estadounidense, los déficits comerciales reales o netos de EE. UU. son sustancialmente más bajos que los publicados por el Departamento de Comercio de ese país.
Es muy importante que el equipo negociador mexicano presente a los equipos de EE. UU. y Canadá diversos estudios sectoriales que midan oportunamente el contenido o valor agregado estadounidense y canadiense incorporado al comercio de México, así como los beneficios que han recibido muchas empresas estadounidenses y canadienses que han establecido cadenas de suministro en México y que dependen de los equipos, componentes y otros insumos que les entregan las empresas mexicanas.
En este tema, para fortalecer las relaciones de México con EE.UU. –y considerando la guerra comercial y tecnológica con China–, el equipo de la presidenta Sheinbaun podría considerar proponer al equipo de Trump el establecimiento de un Acuerdo Paralelo de Fomento de Cadenas de Suministro (Supply Chains Side Agrements to the USMCA), tomando en cuenta que las empresas estadounidenses (así como las canadienses) requieren al sector productivo mexicano como un confiable proveedor sustituto respecto a la proveeduría asiática y, sobre todo, contar con cadenas de suministro resilientes y geográficamente cercanas al mercado americano y canadiense.
3. Demostrar que la alegación de que México es la puerta trasera (back door) utilizada por China para evadir barreras comerciales y poder ingresar sus productos a EE. UU. a través de México es falsa. Según las autoridades mexicanas, la inserción de China en la economía y el comercio con México es muy baja.
Recientemente la Secretaría de Economía (SE) de México señaló que en los últimos años la inversión extranjera de China es significativamente mayor en EE. UU. y Canadá que en México: el 68% de las inversiones chinas se dirigen a EE. UU., cerca del 32% a Canadá y sólo el 0.4% a México. Por otro lado, la SE también ha señalado que no hay evidencia de que China esté utilizando a México como puerta trasera para exportar bienes sin aranceles a EE. UU. y Canadá.
En este tema, con el propósito de presentar datos duros a la mesa de negociaciones, sería importante elaborar un estudio que mida los niveles de contenido o valor agregado chino incorporado en el comercio de México con EE. UU. y Canadá, además de acordar regulaciones aduaneras y comerciales entre los integrantes del TMEC que incluyan la imposición de fuertes sanciones a las empresas que incumplan las regulaciones de importación.
4. Establecer las bases para alcanzar acuerdos paralelos en materia fronteriza (Border Side Agreements to the USMCA) que podría incluir:
•Abordar en conjunto con las autoridades estadounidenses las propuestas de programas y operaciones para la deportación de migrantes mexicanos indocumentados.
•Tratar de llegar a un acuerdo migratorio para controlar cualitativa y métricamente el flujo de migrantes hacia EE. UU.
•Alcanzar un acuerdo trilateral donde las partes se comprometan a asignar suficientes recursos económicos y humanos en la preparación y establecimiento de medidas represivas efectivas para combatir todos los aspectos de la fabricación, comercialización, distribución, posesión y tráfico de fentanilo y sus precursores.
•Trabajar para alcanzar un buen entendimiento sobre la seguridad y la lucha contra los cárteles de la droga, que tenga un diagnóstico consensuado del problema, así como las estrategias y recursos humanos y económicos necesarios para abordar los problemas y fortalecer la cooperación, que obviamente incluye el control del tráfico de armas de EE. UU. a México.
Sería importante evaluar la conveniencia de considerar un acuerdo entre México, EE. UU. y Canadá con China donde esta última nación se comprometa a establecer estrictos controles aduaneros para interrumpir el comercio ilegal de precursores de fentanilo.
En la preparación del proceso de negociaciones, es medular fortalecer las alianzas y establecer nuevas alianzas con el sector privado estadounidense. Junto al sector productivo mexicano, uno de los mejores aliados para asegurar no sólo que el TMEC siga vigente, sino también para intentar frenar a la futura administración de Trump de proponer políticas o barreras que dañen las inversiones y relaciones comerciales con México, son las propias empresas estadounidenses, ya que muchas se benefician del T-MEC y de las cadenas de suministro establecidas en México.
¿LISTOS?
En el papel, la primera revisión del TMEC se llevará a cabo en junio de 2026, pero en la práctica ya se están mostrando las posturas para iniciar la revisión apenas suenen las campanadas que anuncien el inicio de 2025, antesala del ascenso de Trump a la presidencia de nuestro principal socio comercial, quien ya dijo: «Me voy a divertir mucho».
*Consultor de Planeación Estratégica, Inversiones y Negocios Internacionales.
Se ha desempeñado en los sectores público y privado. Es Doctor en Economía por el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT).
Durante las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) fue el negociador responsable de los sectores automotriz, agropecuario y laboral. Ha sido Subsecretario de Comercio y Subsecretario de Trabajo y Previsión Social del Gobierno Federal. Fue Director General de Negocios Internacionales de Villacero.
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