El propósito, como en otras convenciones, era reunirse. Ahí no hay competidores, hay puntos en común para abordar. Se abre la oportunidad para saludar, platicar y discutir temas relevantes con los grandes actores del sistema financiero. La convención ofrece sesiones de trabajo y conferencias, pero más allá de ello, se dan espacios de diálogo formal e informal, con colegas que trabajan en otras instituciones.
El desempeño de la economía fue abordado en el Panel de Economistas, moderado por Gabriel Casillas, de Barclays, y como panelistas: Pamela Díaz de BNP Paribas, Jessica Roldán de Finamex y yo, de Banco Base. El panel, al igual que otros años, fue virtual. En este, hubo consenso sobre la desaceleración económica en México, inflación de cierre de año por encima del objetivo y que en el año seguirán los recortes en la tasa de interés del Banco de México.
Sin embargo, el punto neurálgico de la convención fue la presencia de los candidatos a la presidencia de México. Cada candidato dio un discurso y respondió después una entrevista.
Todos asistentes de la convención se apuraron para estar a tiempo desde la primera sesión, la de Xóchitl Gálvez. La candidata fue recibida con aplausos, algunos de pie. Dio un discurso de 10 puntos en los que refirió que, de ganar las elecciones, su gobierno sería fuente de certidumbre, con finanzas públicas sanas con gobierno y banca trabajando juntos. También dijo que haría una reingeniería de las empresas del estado, que se necesita bancarizar a la economía ampliando el crédito, tener infraestructura digital y una identidad biométrica. A su salida el aplauso fue casi unánime de pie. Con su discurso abordó prácticamente todos los temas relevantes de la economía. Le faltó responder quién sería su secretario de Hacienda y la forma como se disminuirá el alto déficit.
Esto es especialmente relevante, pues este año el déficit presupuestario es de 5% del PIB, algo no visto desde 1988. Con el alto déficit, la razón de deuda a PIB sube por encima del 50% y se pone en riesgo la calificación crediticia de la deuda soberna de México.
Estos números dejan prácticamente sin espacio fiscal a la siguiente administración, que además enfrentará un panorama de desaceleración económica, con lo que se estima habría menos recaudación tributaria y además, recibirá Pemex con mayores problemas financieros que hace 6 años. Probablemente el mayor reto económico del inicio de la siguiente administración y lo más sonado en la convención en términos económicos fue la necesidad de disminuir el déficit fiscal.
El segundo candidato en presentar fue Jorge Alvarez Máynez. Algunos aprovecharon este espacio para salir y compartir opiniones. La pregunta obligada para Máynez fue el uso de las redes sociales. Máynez, estuvo muy serio, lo que contrastaba con su sonrisa del debate presidencial. Lo más importante de su participación fue su respuesta sobre no disminuir la edad de retiro, lo cual fue bien recibido.
Finalmente, Claudia Sheinbaum, quien después de ser presentada se tardó unos minutos en salir, por razones que no se dieron a conocer. La candidata inició agradeciendo que la convención fuera en Acapulco. Ella se apoyó en diapositivas para dar su discurso, el cual lo centró en lo que ella refiere a una economía de México sólida. Dijo que, de ganar las elecciones, no habrá reforma fiscal en su gobierno, no se tomará el dinero de las Afores y seguirá la autonomía del Banco de México. Fue recibida con pocos aplausos.
El presidente clausuró la convención apoyado también en diapositivas, muy parecidas en diseño y contenido a las de Claudia Sheinbaum.
Cabe destacar que hasta el 2022 la Convención se llevaba a cabo en Acapulco y todos conocían la dinámica de donde se llevarían a cabo las sesiones, las pláticas informales y hasta las reuniones sociales no programadas. También era posible ir a darse un chapuzón entre conferencias, pues implícitamente parte de la convención es disfrutar de lo que la ciudad ofrece.
En 2023, la Convención se llevó a cabo en Mérida, Yucatán, lo que presentó un reto de logística pues los participantes tuvieron que hospedarse en distintos hoteles y eso dificultó, un poco, las reuniones informales al terminar las actividades diarias de la convención. Los alrededores del centro de convenciones se convirtieron en zonas de encuentro.
Este año la convención regresó a Acapulco, con el objetivo de apoyar a esta ciudad que fue golpeada por el huracán Otis. En otros años, muchas personas se quedaban el fin de semana después de la convención para disfrutar días de descanso. También se aprovechaban los días de la convención para visitar algunos lugares cercanos y hacer compras. No hay estadísticas más allá de las anécdotas, pero fue poca la gente que decidió extender su estadía después de la convención y fueron pocos los que salían del hotel sede, para hacer compras o visitar lugares. La percepción de inseguridad pública y el estado de destrucción en Acapulco limitó que la ciudad se viera más beneficiada por la convención.