Si observamos en retrospectiva, 2023 ha sido un año símil a una montaña rusa, con sus particularidades específicas que, sin duda, son mucho más optimistas de lo que hubiéramos esperado a finales de 2022. Recordemos que seguimos superando una serie de acontecimientos sin precedentes, empezando por la pandemia del Covid-19, el enorme estímulo fiscal y monetario para hacerle frente, una inflación altísima y el incremento exponencial de las tasas de interés por parte de los bancos centrales.
Sin embargo, para el primer semestre de 2023 teníamos sorpresas positivas ya que la economía global demostró ser más resistente y la inflación registró una disminución más rápida de lo esperado, esto permitió una ligera recuperación en los mercados de valores en torno de un Soft landing (aterrizaje suave), sin recesión y con una inflación que al día de hoy parece estar bajo control, permitiendo que México y Estados Unidos registraran un crecimiento económico gradual y sus mercados accionarios ahora vayan en segunda velocidad.
Para el caso de México, el desempeño que ha tenido la economía ha sido resiliente, pues las estimaciones de su PIB pasaron de un crecimiento de 1.0% a 3.5%. Asimismo, la inflación comenzó a desacelerarse y, por ende, el banco central comenzará con su ciclo de recortes a la tasa de interés de referencia; este proceso será lento en vista de que la Reserva Federal (FED) confirme que ha llegado a su tasa terminal y disminuyan las presiones inflacionarias por los conflictos geopolíticos.
Ante este panorama, destaca la fortaleza que exhibió el S&P–BMV IPC en el primer semestre de 2023, al alcanzar su punto máximo a inicios de mayo al ubicarse en 55,535 puntos; no obstante, a finales de octubre cedió todas esas ganancias ya que alcanzó su nivel más bajo al llegar a 48,198 puntos, una disminución de 13.2% de su valor a inicios del último trimestre de 2023.
Como se puede observar, el mercado de valores mexicano ha sido divergente en cuanto a su rendimiento, a pesar de haber registrado una perdida en octubre, para noviembre el S&P–BMV IPC había registrado una recuperación de 9.3% al ubicarse en 52,685 puntos; con ello, se estaría cumpliendo con las expectativas de la economía y del mercado y se esperaría que el índice cierre 2023 en los niveles que alcanzó cuando inició el año.
Respecto a la economía de Estados Unidos, se ha observado un crecimiento acelerado este año debido a los ahorros acumulados durante la pandemia, al sólido aumento de los ingresos de los hogares, aunado a que el mercado laboral se ha mantenido fuerte.
Si bien estos datos son alentadores, existen condiciones para que, en mi opinión, sea más probable que la economía estadounidense se desacelere gradualmente a medida que los efectos de las condiciones económicas y financieras más estrictas se transmitan, los consumidores agoten sus ahorros y las empresas sientan los costos más altos para refinanciar sus deudas.
En este contexto, considero que es altamente probable que la FED mantenga su postura monetaria restrictiva durante más tiempo, con lo cual el crecimiento económico para Estados Unidos se mantendría en un período flat (lineal) en 2024.
Si bien es difícil señalar cuánto tiempo más la FED mantendría su postura monetaria restrictiva, es importante enfatizar que un respiro que tendrá la economía y los mercados estadounidenses en el segundo trimestre de 2024 es cuando la FED comience con su ciclo de recortes a su tasa de interés y con ello evite que el desempeño de la economía caiga, sin embargo, se esperaría que ésta registre una desaceleración y se dé un soft landing.
Por otro lado, desde la perspectiva de los mercados financieros se observa que los principales mercados accionarios de Estados U nidos se ven impactados por el buen dinamismo que ha registrado la economía y han registrado ganancias mixtas.
Al comparar el Nasdaq con otros índices estadounidenses se destaca que éste recuperó ganancias en 27.8% al tercer trimestre de 2023, el S&P 500 concentró sus ganancias en un puñado de acciones tecnológicas (NVIDIA, Apple, Microsoft, Alphabet, Meta, Amazon y Tesla); no obstante, el Dow Jones ha registrado cifras que empañan una realidad alentadora para la capitalización del mercado que se ha registrado en ambos índices.
En términos de factores de riesgo sobre los sectores que conforman estos índices, vale la pena destacar que la tecnología ha sido el sector con mejor desempeño, seguido por el consumo discrecional y los servicios de comunicaciones. El sector inmobiliario y los servicios públicos han sido los que registran un peor desempeño, algunas variables que afectan a estos sectores se derivan por el daño causado por la pandemia y por el impacto dispar de la inflación y las tasas de interés más altas entre las empresas.
En este contexto llama la atención lo mucho que ha evolucionado el panorama económico en los últimos 11 meses. Las dos grandes incertidumbres que destaqué a inicios de este artículo –si la inflación persistiría, disminuiría o si habría una recesión técnica– ya se disiparon, puesto que hay señales de estabilización de políticas monetarias y la inflación continua cediendo; sin embargo, prevalece la desaceleración para las economías estadounidense y Mexicana para las que se estima crezcan en un rango de 1.5% a 2.0%, menor a lo observado para el 2023.
En este sentido, el panorama para los mercados no son la excepción y, a pocos días de iniciar un nuevo año, una de las interrogantes en el ámbito de las inversiones es ¿qué mercados y/o instrumentos podrían ofrecer mejores rendimientos, considerando las expectativas económicas actuales?
Ante ello, primero debemos considerar que las entradas de capital a los mercados avanzados y emergentes se van a materializar cuando los inversores tengan más claridad sobre si los bancos centrales han terminado con sus ajustes monetarios, situación que ya se está presentando. En este contexto, y considerando que los ajustes a la tasa de interés disminuyan de manera gradual, los inversores podrían favorecerse al apostar en México por el nearshoring e invertir en instrumentos de deuda de largo plazo, favoreciendo a los CERPI’s, CKD’s y/o Fibras.
También se podría optar por los hedge funds conocidos como fondos de cobertura, ya que con la modificación a la Ley del Mercado de Valores y a Ley de Fondos de Inversión están más cerca de materializarse y sin duda son una alternativa atractiva de inversión.